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200 piezas de la Cultura Valdivia, en una exposición inédita 

Durante décadas, Alexander Hirtz ha sido el custodio de miles de piezas de la Cultura Valdivia. Este patrimonio nacional se exhibe por primera vez en dos salas de la Fundación Pueblos de América. 

Dentro de una vitrina de vidrio hay nidos muertos de termitas. Sobre ellos reposan figuras cerámicas de la Cultura Valdivia (4400-1450 a.C.) que entran en la palma de la mano.  

Una de esas figuras tiene, a la altura de su pecho, algo que se parece mucho a un instrumento musical. Para Alexander Hirtz se trata de la primera representación de un músico elaborada en esta región del mundo.

Esta figura es parte de la exposición ‘Valdivia, la civilización milenaria del Ecuador’, que se montó en la Fundación Pueblos de América y Hirtz es el custodio de las 200 piezas que se exhiben en la muestra.  

En esta vitrina está la pieza, que según Hirtz, sería la primera representación de un músico elaborada en esta parte del mundo.

La exposición está dividida en dos salas. En una hay figuras humanas, la mayoría femeninas, collares ceremoniales, vasijas y accesorios como narigueras, aretes y máscaras elaborados con concha spondylus.  

En la otra, aparecen cosmogramas, pequeños mapas del universo. Una de las piezas que más llama la atención es una tabla en la que se ve una chakana, uno de los símbolos más importantes de las culturas andinas.  

A criterio de la mexicana María Elena Ruiz, curadora de la muestra, las piezas en esta exhibición dan cuenta de una cultura que, por cuyo nivel de desarrollo tecnológico, cultural y filosófico puede ser considerada la civilización madre de América.  

La colección de Hirtz  

La Cultura Valdivia fue descubierta en 1956, por el arqueólogo ecuatoriano Víctor Emilio Estrada. Entre las personas que comenzaron a coleccionar piezas de esta cultura estuvieron los padres de Alexander Hirtz.  

Hirtz cuenta que, en los años 80, él decidió seguir con el legado de sus padres adquirió piezas Valdivia. Añade que en ese tiempo solo él e Iván Cruz las compraban. “Lo que nosotros no compramos fue a parar al Banco Central o se fue afuera”. 

Uno de los cosmogramas de la Cultura Valdivia.

También explica que decidió especializarse en la colección de piezas pequeñas, como la serie de figuras femeninas que están sobre los nidos muertos de termitas, porque eran más económicas.  

La mayoría proviene del asentamiento que se descubrió en los 90, cerca de Atahualpa; 30 kilómetros tierra adentro de Paja Quemada, una pequeña cordillera ubicada en Pedernales, Manabí.  

En total, Hirtz ha logrado armar una colección de 2000 piezas.  Bienes patrimoniales que para él deberían ser expuestos en un museo vernáculo, proyecto que hasta la fecha no ha podido concretar.  

De Japón a Ecuador  

Al igual que Estrada, Hirtz está convencido de que los orígenes de la Cultura Valdivia están en la Cultura Jomón (14500-300 a.C.). Esta teoría está detallada en los cuatro volúmenes que escribió alrededor de Valdivia y que tiene planificado publicar en un par de años.

Hirtz, que además es experto en orquídeas, afirma que el desarrollo tecnológico que hay en la cerámica Valdivia solo es comparable con el de la Cultura Jomón. “Esta es una teoría -dice- que también ha sido estudiada durante años por el Instituto Smithsoniano”.  

Para él, los mejores ejemplos de esta afirmación están en las piezas de la fase uno de Valdivia. Un trabajo en cerámica que se expandió entre otras culturas, entre ellas la Olmeca.  

A criterio de Enrique Aguilar, director de la Fundación Pueblos de América, la exhibición de estas piezas es un hito para la ciudad. Destaca el estado de conservación de las piezas y el hecho de que el dueño de la colección esté vivo y esté radicado en el país.

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