Alzheimer la demencia más común

Alzheimer

Fuente: Atlascompany Freepick

Cada 21 de septiembre la OMS recuerda el Día Mundial del Alzheimer, enfermedad que según esta organización constituye la forma más común de demencia, contribuyendo al 60 o 70% de los casos.

La causa de este padecimiento es la muerte paulatina de las neuronas. “Por lo tanto, el sistema nervioso no puede realizar su función con normalidad y el futuro, sean pocos o muchos años, se advierte como un escenario de dependencia progresiva”, escribió para Mundo Diners, Gabriela Paz y Miño.

La importancia de este Día Mundial radica en el hecho de que permite concienciar sobre una enfermedad en la que, además de los pacientes, los afectados son los cuidadores.

Fuente video: Youtube ‘SuperCiencia’

El 70 % de cuidadoras son mujeres. Hijas, sobrinas, nueras, nietas… asumen el rol naturalmente. Atender a un paciente con Alzheimer significa, muchas veces, sacrificar los proyectos de vida personal. Hay que aprender a pedir ayuda”

Alzheimer: ¿quién cuida a los que cuidan?, Mundo Diners, Gabriela Paz y Mino

Alzheimer no es sinónimo de vejez

Tampoco es una consecuencia “natural” del paso de los años.  Hablar de Alzheimer es hablar de una enfermedad incapacitante.  “No te olvidas solo las llaves de la casa; se altera tu carácter, tu sentido de orientación. Te olvidas de hablar, de comer, de caminar. Incluso puede que no recuerdes a tus familiares, aunque el sentimiento de amor permanezca”, explicó a Mundo Diners Cheles Cantabrana, presidenta de la Confederación Española de Alzheimer.

En esta infografía le mostramos algunas diferencias claves entre el Alzheimer y el envejecimiento natural.

Pero los olvidos no son lo único a lo que se enfrentan pacientes y sus familiares. También están los problemas de tipo cognitivo. Es decir que una persona con Alzheimer tiene también cambios en su conducta cotidiana. Por lo tanto, pierde poco a poco, su autonomía y su capacidad de desenvolverse por sí mismo.

En un estado más avanzado, la enfermedad limita las funciones físicas. Actividades tan automáticas como asearse o vestirse y desvestirse, se conviertien en una odisea para los pacientes con Alzheimer. También pierden la movilidad y el control sobre sus esfínteres. Y un día llega el punto en que son completamente dependientes.

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