Tui De Roy la retratista de Galápagos

Iguana marina, única en el mundo, alimentándose de algas marinas, isla Santa Cruz.

Dicen que las islas expulsan o atrapan. Tui De Roy es de las atrapadas por los encantos de Galápagos. Su historia se desarrolla en las islas. Sus padres —Jaqueline y André De Roy— están entre los pioneros de Galápagos. Tui De Roy fue educada en casa, nunca asistió a la escuela, y del interés y curiosidad por la naturaleza surgió su profesión y su pasión: ella es fotógrafa especializada en vida silvestre. Habla con fluidez cuatro idiomas. Ha publicado en revistas alrededor del mundo desde los diecinueve años. Y tiene varios libros con sus fotografías en gran formato, espectaculares.

Últimamente ha vivido entre Nueva Zelanda y Galápagos. Lo suyo es la naturaleza, el aire, los seres vivos, los colores, los detalles. Ha desarrollado una sensibilidad extrema que le permite ver siempre cosas nuevas en el ecosistema de las islas. La garza no es la garza: es su postura, el color, el contraste con el arcoíris, el arco que forma su cuello. De pequeños momentos, de instantes fugaces, están hechas sus más grandes fotos: el chapuzón de un piquero, el pájaro subido en el caparazón de la tortuga, las iguanas en el atardecer, el delfín surfeando la ola, la tortuga rompiendo el huevo…

Antes de la pandemia, Tui De Roy estuvo cumpliendo otro de sus sueños: nadar con mantarrayas en el océano Índico. Le gusta la aventura. Ha recorrido el mundo gracias a la fotografía y a su pasión por la exploración y la conservación. Pero digamos que conoce Galápagos como la palma de su mano. Todos los rincones y a todas las especies pues las fotografía desde hace cuarenta años. Aun así, no ha perdido la capacidad de sorpresa frente las maravillas de las islas: siempre hay algo más, la luz y la sombra, el color, el movimiento de un pájaro, la tortuga anidando, el agua y la arena. “Nunca me cansaré de fotografiar en la naturaleza”, dice.

Ejemplo de conservación

Tui cuenta agradecida que Galápagos sigue siendo un ejemplo de conservación en un mundo en destrucción. Tiene la esperanza de que eso seguirá así y reconoce los esfuerzos de quienes hacen que funcione el Parque Nacional Galápagos. Sí, dice, “hay problemas también, pero no como en otros lugares. Galápagos sigue siendo un lugar prístino, a pesar de que ha crecido una población residente en las islas”.

Galápagos se ha mantenido por el aislamiento. Pero los residentes sí que han quebrado en algo el medio con hongos, enfermedades, otras especies y otras presencias; entre ellas, los propios seres humanos. Tui De Roy se reconoce entre esas otras presencias que, si bien pueden considerarse amenaza para el ecosistema de Galápagos, representan también otra manera de conservación.

Ella es conservacionista pero también partidaria del turismo en las islas. El turismo no extrae ni utiliza elementos de la naturaleza. Considera que el turismo es una de las actividades menos nocivas para las islas: los turistas llegan, caminan por senderos definidos y se van. Esto da trabajo a quienes hacen que el turismo sea posible, dice, los guardaparques trabajan duro para ello. La Fundación Charles Darwin y el Parque Nacional trabajan los 365 días del año para conservar la vida silvestre de las islas, pese a las amenazas permanentes. “La fotografía ayuda y se vuelve parte indispensable de esa conservación, comparte la magia, el color y la fuerza de la naturaleza”.

Un lobo marino endémico de Galápagos se divierte haciendo surfing, islas Plazas.

Sus libros y premios

Tui De Roy tiene una vasta bibliografía. Su primer libro, Galápagos: Islands Lost in Times, apareció en 1980 y lleva tres ediciones internacionales. En 1998 publicó Galápagos, islas de fuego, que fue un éxito y ha tenido diez ediciones. Entre sus publicaciones están también ABC de Galápagos, Guía de Galápagos, Galápagos retratos salvajes y un homenaje a Charles Darwin.

Además, ha participado junto a otros autores en obras como Galápagos 50 años de ciencia y conservación (2009), en la que 36 investigadores presentaron sus textos científicos: desde el descubrimiento de la iguana rosada hasta la restauración de la isla Isabela. Ese libro incorporó unas seiscientas fotografías de la artista.

Y ha publicado, obviamente, con The Rovin Tortoise, el sello editorial creado con Mark Jones, quien fuera durante muchos años su compañero de aventuras y fotografías. Y, por si fuera poco, con la Princeton University Press.

También los Andes y el vuelo del cóndor han estado en la mira de sus lentes. Con sus fotografías y sus libros ha ganado varios premios importantes: ha sido fotógrafa del año y fotógrafa de la vida salvaje en varias ocasiones y sus fotos han aparecido en una veintena de revistas sobre naturaleza, conservación y vida salvaje alrededor del mundo.

Tortuga gigante de Alcedo. Al fondo, fumarolas del volcán Alcedo, isla Isabela.

Capacidad de asombro

La primera foto que hizo Tui De Roy en las islas fue en 1969. “Recuerdo el primer rollo y una foto de una garza en un nido”. Ahora tiene el ojo más afinado y es capaz de ver el más mínimo detalle. No ha perdido la capacidad de sorpresa, aunque haya hecho cientos de miles de fotos de las especies de las islas. Los instantes son irrepetibles, forman parte del ojo de la fotógrafa; siempre encuentra algo, estética y artísticamente, que hace especial una imagen.

Cuenta que a principios del siglo XXI, como ocurrió con muchos fotógrafos de su generación, le huía al tema digital. Prefería su cámara analógica, los rollos de película, el revelado. En una expedición, en 2008, descubrió las posibilidades de las fotos digitales y dejó el remilgo nostálgico de la película para la historia. Si desde 1969 había tomado ochenta mil fotos, entre 2008 y 2021 debe tener cerca de ochocientas mil fotos

Flamingos americanos, los únicos flamingos en todo el Pacífico, isla Floreana.

Tui De Roy también sufre la pesadilla del archivo, pero la tecnología de ahora le permite tener carpetas y subcarpetas, así que no es de las personas que pasa mucho tiempo buscando una foto. Siempre sabe dónde encontrar la que necesita.

Algunas de sus fotografías están disponibles de manera gratuita para fines de divulgación, para oenegés ambientalistas y conservacionistas. Para ello ha creado un sitio web en el que, además de datos biográficos, sus publicaciones y el detalle de sus premios, ha colocado muchas de sus fotografías. Está convencida de que dar a conocer las bellezas de Galápagos es una de las herramientas para su defensa.

Canal: B&H Photo Video

Tui De Roy oferta paseos turísticos en las islas, en grupos o de manera individual, para fotografiar en tierra o buceando en las profundidades del mar. A otro nivel, también ofrece acompañamiento y asesoría a profesionales, fotógrafos, cineastas o documentalistas que quieran descubrir junto a ella la espectacularidad de las islas.

Lobos marinos y delfines que parecen estar danzando, una pareja de piqueros tocando sus picos, una tortuga nadando en las aguas turquesas, un atardecer entre iguanas… el paisaje de las islas sigue siendo el principal motivo de sus fotos. Pero también ha recorrido el mundo y ha visitado lugares extraordinarios fotografiando bellas escenas de la vida silvestre: las nieves de la Patagonia, la marcha de los pingüinos en los hielos de la Antártida, la ballena en las aguas de Tonga, un picaflor bebiendo las mieles de la flor de guanto en la reserva de Jocotó…

Pero cada día en las Galápagos, en los últimos cincuenta años, Tui De Roy ha sido capaz de encontrar diferentes ángulos, con diferentes lentes, a diferentes horas: al amanecer o al atardecer, en el silencio o cuando rompen las olas, en la superficie o en la profundidad. De esos pequeños instantes quedan grandes retratos del lugar único y privilegiado en el que ha tenido la suerte de vivir.

Rayas águilas, nadando tranquilamente en escuadrón, isla San Cristóbal.
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