
Esteban Mayorga
Festina Lente, Ecuador, 2020
Se trata de seis cuentos como una novela, que forman un hexágono, hasta convertirse en un ring a la hora de enfrentarnos con logros y fracasos, risas y llantos. Las palabras por momentos son brisas y en otros instantes huracanes. Los vientos que sopla Mayorga a ratos son una caricia y, de repente, llega un chirlazo a nuestras mejillas, también una ráfaga roza nuestras axilas como cosquillas para hacernos reír: un humor corrosivo siempre está presente hasta en los peores momentos.
¿Qué es la vida?, o mejor aún: ¿lo que he vivido ha valido la pena? Estos cuestionamientos en la voz de un cuarentón divorciado, con varios compromisos fracasados, con hijo e hija, una perra tuerta y un gato adoptado. Un repaso del pasado que es una astilla en el presente. Un viaje por Patate, Quito, Washington, Boston, Seattle, Moscú, Sevilla, Madrid, para hacer de la geografía un termómetro de sensaciones y construir una cartografía de dimensiones humanas. Un ecuatoriano consciente de que los Andes no solo atraviesan su tierra, sino que son la columna vertebral de su idiosincrasia: la cordillera como horizonte y muro conventual.
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La riqueza de la narrativa propuesta por Mayorga no radica en la lengua sino en el habla, en ese guiño espontáneo y cotidiano de la palabra, dando cabida a un diálogo con quien lo lee. Un libro que se transforma en una caja de Pandora y que, al igual que el mito, muestra que cada acción, por pequeña que sea, puede traer grandes consecuencias. No en vano el título es una alusión a una frase de El rey Lear. Pero, por suerte, hasta lo más trágico, que puede traducirse como el amor no correspondido, puede llevarse con humor.