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Por Ángela Meléndez.
Fotos: Cortesía de Philip Morris.
Edición 448 – septiembre 2019.
Un mundo libre de tabaco es el sueño de todos, pero mientras ese día llega, quienes batallan por dejar de fumar pueden encontrar En alternativas de riesgo reducido (tabaco calentado o cigarrillos electrónicos) una opción menos tóxica que aminora los riesgos para su salud.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), alrededor de 1100 millones de personas son fumadores, sobre todo en países de bajos y medianos ingresos. Aunque el consumo de cigarrillo disminuyó en el planeta, el crecimiento de la población hace que el número de personas con ese hábito se mantenga “preocupantemente alto”, señala un reciente reporte del organismo.
En este escenario hay varios frentes. Uno es el de Estados con políticas de salud pública e impositivas que, de cierta manera, impactan en la sociedad. En el Ecuador, por ejemplo, a partir de la promulgación de la Ley Orgánica para la Regulación y Control del Tabaco, en 2011, el consumo de cigarrillos pasó del 23 al 9,9 % de la población.
Sin embargo, ese casi 10 % de fumadores mayores de edad sigue siendo una preocupación para la salud pública, sobre todo por el potencial desarrollo de enfermedades. Es decir, existe una población que, a pesar de las advertencias, seguirá fumando. Ese nicho es el que puede encontrar en las alternativas de riesgo reducido una opción para disminuir el impacto en su salud.
Más de 430 expertos de PMI trabajan en el desarrollo de alternativas de riesgo reducido.
A eso se refiere Andrea Constantini, líder regional de Asuntos Científicos para América Latina y Canadá de Philip Morris International (PMI), al enfatizar que “lo mejor que le puede pasar a cualquier fumador es dejar de fumar”; sin embargo, no se puede negar que existe “un número de fumadores que a pesar de todos los esfuerzos va a seguir fumando” y es allí donde entran estas alternativas.
Primero —explica Constantini— se debe derrumbar el paradigma que sostiene que la nicotina es la única responsable del daño a los fumadores. De acuerdo con recientes investigaciones, si bien la nicotina no está libre de riesgos y es una de las razones de la adicción, “esta no es la principal responsable del desarrollo de las enfermedades”, pues el problema nace en la combustión, cuando la temperatura del cigarrillo puede elevarse hasta los 800 °C, lo que genera más de seis mil sustancias químicas diferentes, consideradas la principal causa de dolencias relacionadas con el tabaquismo.
Entonces, si el tabaco se calienta a temperaturas inferiores a 400 °C, representa un riesgo menor. Precisamente por ello, la alternativa del tabaco calentado tiene buena aceptación hasta el momento. Funciona así: el tabaco se calienta a una temperatura inferior al punto de combustión, y un sistema electrónico controla que nunca supere los 350 °C, lo que reduce significativamente la posibilidad de inhalar las diferentes toxinas.
De acuerdo con estadísticas de PMI, los productos de riesgo reducido generan entre 90 y 95 % menos sustancias tóxicas que un cigarrillo común. Esto fue avalado también por un estudio realizado con tres grupos de consumidores: fumadores, personas que dejaron de fumar y otras que empezaron a usar estas nuevas alternativas.
Se demostró que el grupo que continuó fumando mantuvo un nivel alto de concentración de sustancias tóxicas, mientras que el que entró en cesación tabáquica demostró una disminución en ese indicador y el que cambió a tabaco calentado también registró una baja abrupta.
Constantini añade que ese último grupo mejoró, además, su perfil lipídico, disminuyeron la inflamación en el organismo y los indicadores de riesgo de cáncer.
“No podemos decir que disminuye el riesgo de desarrollo de enfermedades aún, porque necesitamos tiempo, pero sí podemos decir que tiene potencial de reducir ese riesgo”, afirma.
El sistema de tabaco calentado (IQOS) se vende en 48 mercados.
Tabaco calentado
Los productos de tabaco calentado están disponibles en 48 mercados, con 7,3 millones de usuarios en el mundo.
En Sudamérica solo se vende en Colombia y su ingreso al Ecuador necesita una regulación específica que aún debe legislarse.
Cada stick de tabaco del dispositivo dura seis minutos o catorce pitadas, como un cigarrillo promedio.
No genera humo de segunda mano, es decir, no afecta a quienes están alrededor.
Está destinado exclusivamente a fumadores. Los no fumadores y exfumadores no pueden acceder a ellos (políticas de venta de PMI).