Promising Young Woman: un violador en tu camino

Por María Fernanda Ampuero

Es muy posible que nunca olvide Promising Young Woman, la película escrita y dirigida por Emerald Fennell (también actriz, es quien da vida a Camila Parker Bowles en The Crown), producida por Margot Robbie y protagonizada —a lo bestia— por una Carey Mulligan que, como Susan Sarandon por Thelma y Louise o Sigourney Weaver por Alien, pasará a la historia de la cultura popular gracias al papel de una mujer feroz, de alguien a quien el horror convirtió en otra cosa, algo brutal.

Promising Young Woman es la historia de Cassie, una chica que se va de los bares con hombres a los que no conoce, una chica que bebe demasiado, una chica fácil, esa que se pone en bandeja para que le hagan lo que sea.

Una chica, por resumir, que no se respeta, ergo, que no hay que respetar.

Así es, ¿no? Así se descalifica en cinco segundos a una chica.

Es también la historia de la mejor amiga de Cassie, a la que sabemos que le ha pasado algo trágico, pero no exactamente qué hasta el final. Pero es, y esto es lo más importante, la historia de todas quienes hemos sido víctimas de una violación, que hemos olido su aliento fétido en nuestro cuello, de las que hemos pensado de este cuarto tal vez no salga viva.

Carey Mulligan en Promising Young Woman.

O sea, de miles y miles y miles de nosotras.

Cassie es la amiga que ve que a las víctimas de violencia sexual el mundo les escupe alrededor y ellas derrapan, se dejan ir al abismo, mientras que el perpetrador, el violador, se gradúa con honores, abre un estudio jurídico o un consultorio: triunfa, sonríe.

Cassie es aquella que no entiende cómo el mundo no se detiene para señalar al culpable. Imagínenlo: todos los dedos de los billones de habitantes del planeta señalando a los violadores.

Es él. Fue él. Él lo hizo.
No tendrían dónde esconderse.
Pero los dedos continúan en las manos metidas en los bolsillos.

Cassie es la única que ve al monstruo, que huele la pestilencia del mundo, del machismo en el mundo, y lo señala. Está muy sola y está enloqueciendo: que los hombres que las rodean, en quienes confían, destruyan a miles de mujeres jóvenes cada día y que nadie diga nada es algo que puede hacer perder la razón a cualquiera.

Promising Young Woman es una película sobre la venganza, sí, pero no solamente. Es una película sobre el silencio, ese que rodea como un chaleco blindado a los chicos, mientras echa a las bestias a las chicas. El silencio selectivo. La complicidad.

Se lo buscó.
Estaba borrachísima.
Ella solita subió al carro.
Seguro que disfrutó la muy puta.


Decía que no creo que olvide nunca Promising Young Woman porque todo esto que estoy diciendo está envuelto en un material cinematográfico brillante, una historia con un suspenso brutal, que crece y crece hasta volverse casi insoportable, una finísima belleza estética y unas actuaciones impresionantes, sobre todo la de Mulley, cuya cara es máscara de pesadumbre, diosa iracunda, amiga rota, criatura siniestra, ángel exterminador, niña sola, todo a la vez.

Ojalá no quede una sola persona en este mundo sin ver esta película, ojalá la pasen obligatoriamente en los colegios y hagan que los jóvenes hablen sobre ella. Ojalá en el futuro no sean tan necesarias películas como esta.

Por eso (también) escribo.

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