
¿Cuál es el pensamiento que recorre este libro? Estallido está inspirado en el pensamiento de José Carlos Mariátegui, un personaje cuyas ideas socialistas y comunistas causaron furor entre los intelectuales de izquierda del continente.
Debo confesar que cuando decidimos con el editor que mi artículo tratara sobre Estallido. La rebelión de octubre en Ecuador, de Leonidas Iza, Andrés Tapia y Andrés Madrid, no me quedé nada contento. Tener que volver a leerlo me parecía una tarea titánica. Porque, aunque usted no lo crea, ya lo hice una vez, apenas se publicó, y me pareció un bodrio insufrible. Pero ante los últimos acontecimientos de junio, creo que era algo que había que hacer.
Un libro mal escrito, falto de sintaxis y lleno de lugares comunes fue mi diagnóstico de ese entonces. Sin embargo, lo que más me causa preocupación es su frontal declaración de guerra a la democracia, que se puede resumir en la frase con la que luego de cientos de farragosas páginas concluye: “comunismo indoamericano o barbarie”.
Esas expresiones son de inspiración directa de un señor Mariátegui, del que seguramente usted ha escuchado alguna vez porque es uno de los ídolos del comunismo latinoamericano.
De nombre José Carlos, este ideólogo comunista peruano tomó las ideas de Marx sobre el supuesto “protosocialismo” del Imperio inca para desarrollar la tesis de que, previo a la conquista española, en nuestra tierrita existía una boyante economía comunal que funcionaba muy bien y donde todos éramos felices y comíamos perdices (o, bueno, cuyes).
Olvidaban el espíritu totalitario del gobierno teocrático inca. Igualito que muchos “filósofos” marxistas se olvidaron y todavía se olvidan del totalitarismo de China y la Unión Soviética, o del autoritarismo en Venezuela.
¿Dónde desembocan las ideas de Mariátegui?
El mariateguismo causó furor entre la “intelectualidad” de izquierda del continente con su sesgada interpretación de la historia y fue la inspiración de varios movimientos peruanos y latinoamericanos.
Según nos cuenta Santiago Roncagliolo en La cuarta espada, entre las teorías que defendía estaba la de que la revolución comunista no sería obrera sino campesina, porque el Perú era un país agrario sin industria, para lo cual había que transformar la universidad en una herramienta de la lucha de clases.
Una de las universidades que se adscribió a dichas teorías fue la Nacional de San Cristóbal de Huamanga, en Ayacucho, donde recalaría uno de los personajes más infames de la historia peruana y del continente, Abimael Guzmán, fundador y máximo dirigente del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso.
La guerra que desató contra el Estado peruano, inspirada por el Pensamiento Gonzalo, la doctrina mariateguista de Guzmán, se saldó con aproximadamente 70 000 muertos y desaparecidos.
Esa, querido amigo, es la misma doctrina que inspira al insoportable libro de Iza, Tapia y Madrid, la que declaraba a Guzmán como “la cuarta espada” del comunismo, luego de Marx, Lenin y Mao, y que es fundamentalmente antidemocrática y autoritaria, y utiliza el terrorismo y la intimidación para conseguir sus fines.
Así lo declaran sin ambages en ese engendro que llaman libro: El Estado es una llaga que tiene que desaparecer a través de un mazazo —dicen—, es decir, un golpe violento a las estructuras democráticas. Eso es el “luminoso sendero” que nos ofrecen estos “literatos”. Así, la frase final del libro debería ser “comunismo indoamericano y barbarie”, porque al final son lo mismo.