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La politización del lenguaje inclusivo

Lenguaje español
Fotografía: Shutterstock.

Algunos académicos de la lengua española han preferido alejarse de la confrontación con colectivos sociales, incluso reconocen ciertos rasgos machistas en nuestra lengua, sin embargo, defienden la estructura y el uso culto de la gramática. 

En el centro del debate, como siempre, está el buen o mal uso de las duplicaciones, algunas tan repetidas como el/la, todos/todas, ecuatorianos/ecuatorianas, etcétera. 

El periodista y lingüista Álex Grijelmo, en su Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo, destaca algunos aportes importantes al debate como, por ejemplo, el del escritor Javier Marías (1951-2022). 

Grijelmo sostiene que las duplicaciones, cuestionadas desde el punto de vista de la lengua, también ofrecen aspectos positivos que “no convendría desdeñar”. 

Cita el artículo de Marías “La lenta desaparición del mundo”, publicado en diario El País, en el que el escritor fallecido el año pasado opinaba que las duplicaciones añaden información o aportan precisiones. 

Ante una oración como “Mi prima no tiene hijos”, entendemos, según Marías, que no tiene ni hijos ni hijas. 

Pero en esta pugna al académico Ignacio Bosque, coordinador de la Nueva gramática de la Academia, no le fue tan bien. Es que Bosque se atrevió a enfrentar a los autores de varias guías o manuales que acusan a la lengua española de machista. 

Y no son pocas las guías, casi todas tienen el respaldo de universidades, del Ministerio de Igualdad o de entidades sindicalistas: 

  1. Guía sobre comunicación socioambiental con perspectiva de género, Junta de Andalucía. 
  1. Guía para un uso del lenguaje no sexista en las relaciones laborales y el ámbito sindical, Ministerio de Igualdad. 
  1. Guía de lenguaje no sexista, Universidad de Granada. 
  1. Manual de lenguaje administrativo no sexista, Universidad de Málaga. 
  1. Guía de uso no sexista del lenguaje, Universidad de Murcia. 
  1. Manual de lenguaje no sexista, Universidad Politécnica de Madrid. 
  1. Guía sindical del lenguaje no sexista, Unión General de Trabajadores. 
  1. Guía de lenguaje no sexista, Universidad Nacional de Educación a Distancia. 
  1. Igualdad, lenguaje y administración, Conselleria de Bienestar Social, Generalitat Valenciana. 
Guías lenguaje no sexista
Guías de lenguaje no sexista.

Como se puede apreciar, los títulos son similares y apuntan hacia la posibilidad de que la Academia tome en cuenta las observaciones y reforme las reglas gramaticales, a las que acusan de ser las responsables de la discriminación de género. 

Pero Ignacio Bosque expresó su desacuerdo con que se pretenda imponer esos manuales desde las instituciones y que se considere machista el masculino genérico. 

Y no arremete, como lo hacen otros académicos, en contra de las duplicaciones, incluso usa algunas en sus argumentos que fueron publicados en El País. 

La mayoría de esos manuales —apunta Bosque— “se han escrito sin la participación de los lingüistas”. 

Según Grijelmo, el autor del informe “desgrana en los primeros párrafos las desigualdades que sufren las mujeres por razón de su sexo” en materia laboral, salarial, doméstica y en el sexismo a través de la publicidad. 

Grijelmo concluye que ni Bosque ni los académicos censuran las duplicaciones ni se precipitan contra ellas; se limitan a contradecir que la decisión de no emplearlas constituya un acto de apología del machismo. 

Las conclusiones contenidas en algunos manuales son “desorbitadas”, dice Grijelmo. Por ejemplo, la Universidad Politécnica concluye que, al desoír las duplicaciones, se puede caer en un “pensamiento androcéntrico”. 

Según el diccionario, androcentrismo es la “visión del mundo y de las relaciones sociales centrada en el punto de vista masculino”. 

La guía de la Universidad a Distancia propone, en lugar de “los becarios”, “las personas becarias”. La Junta de Andalucía considera sexista hablar del “número de parados” (sin trabajo) y sugiere: “número de personas sin trabajo”. 

Y en vez de “futbolistas” debería escribirse “quienes juegan al fútbol”, complementa la guía de Andalucía. En otras ocasiones las propuestas son un tanto chuscas, anota Grijelmo, como la de la Universidad Politécnica que quiere sustituir “los interventores” por “quienes intervengan”. 

El profesor José Luis Mendívil de la Universidad de Zaragoza, en un artículo académico, escribió: “La mejor manera de hacer que la lengua española deje de ser machista es que lo dejen de ser sus hablantes”. 

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