Hay que retroceder cinco mil años para situar el origen del azul en el arte, cuando los egipcios lo sintetizaron por primera vez. Antes de ellos, reproducir un color tan escaso en la naturaleza era prácticamente imposible. Griegos y romanos lo ignoraron y fue a partir del siglo XII cuando empezó a tener cierto valor. En el siglo XVI desplazó en valía al mismísimo oro. Escucha el podcast de 00:10:49.