Palaos

Un rincón exuberante en el Pacífico con naturaleza en estado prístino y excepcionales condiciones para practicar submarinismo.

Las maravillas del archipiélago de Palaos, formado por 340 islas, están bajo aguas cristalinas. El prisma colorido de los arrecifes de coral y una variedad prácticamente ilimitada de vida marina, con 1450 especies de peces, no dejan indiferentes a los amantes del submarinismo.

Según el portal web www.pristineparadisepalau.com, hay más de cincuenta sitios con sus propias características para satisfacer el buceo tanto profesional como aficionado. Esta práctica es factible durante todo el año, aunque la temporada de mayor actividad es entre enero y abril, cuando es posible observar tiburones ballena, tiburones y cardúmenes de peces.

Babeldaob, donde se encuentra la capital Ngerulmud, es la isla más grande y la segunda porción continental más extensa de la Micronesia. En apenas 43 kilómetros de longitud, el paisaje va de montañas escarpadas y planicies de origen volcánico a cascadas, lagos de agua dulce y dunas de arena a lo largo de extensas playas.

Koror, antigua capital y el nombre de uno de los dieciséis estados del país, concentra la mayor población, dos tercios, así como la actividad comercial y económica. En esa jurisdicción se encuentran las islas Rocosas, declaradas Patrimonio Mundial por la excepcional belleza de sus 445 islotes deshabitados, de origen volcánico en forma de hongo, rodeados de lagunas color turquesa y arrecifes coralinos.

Además del lago de las Medusas, de treinta metros de profundidad y en el que esa especie acuática es inofensiva, ya que no ha tenido contacto con depredadores, ese sitio alberga arrecifes con 385 especies diferentes de corales y diversidad de plantas, aves y animales marinos como los dugongos y al menos trece especies de tiburones, destaca la Unesco, al añadir que allí coincide “la mayor concentración mundial de lagos marinos”, un potencial endémico para el descubrimiento de nuevas especies.

Con apenas diecinueve kilómetros cuadrados, Peleliu, en el extremo sur de la barrera de coral, es uno de los sitios favoritos para bucear. Cuesta creer que este paradisiaco lugar fue escenario de una de las cruentas batallas entre japoneses y estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, es una de las islas palauanas en las que se conservan restos de armamentos y sistemas defensivos de esa contienda.

Si bien hay variedad de alternativas para aventurarse en el mar, también en tierra firme se aprecia la excepcional vida marina: el Dolphins Pacific es una institución de investigación en la que se puede interactuar con delfines y el Palau International Coral Reef Center incluye un acuario con las maravillas del mundo submarino.

Intrépidas travesías en kayak, excursiones en barco por la jungla, la emoción de la tirolesa para ir a una cascada y un bosque de manglares, vuelos en helicóptero o paracaidismo para tener una vista panorámica del archipiélago, y probar suerte con la pesca deportiva de atún, barracuda, wahoo y marlín son otras opciones para los visitantes de Palaos.

Palaos es un país comprometido con la preservación de los recursos naturales. Fue pionero en implementar un sellado en los pasaportes y la firma de una declaración con la que los visitantes se comprometen a proteger el medioambiente y respetar la cultura local. También pionero en declarar un santuario de tiburones y en prohibir la práctica destructiva de la pesca de arrastre de fondo.

Su más reciente iniciativa entró en vigor en enero pasado al convertirse en el primer país del mundo en prohibir el uso de cremas de protección solar con componentes tóxicos, una medida que busca resguardar los ecosistemas coralinos y la vida marina.

Fotografías: Shutterstock
Edición 466-Marzo 2021

¿Te resultó interesante este contenido?
Comparte este artículo
WhatsApp
Facebook
Twitter
LinkedIn
Email

Más artículos de la edición actual