Todos los idiomas se nutren de vocablos extranjeros cuando en el propio no existe un equivalente, lo que denota que todo idioma, tal como el nuestro, el español, está en permanente evolución.
Entre las decenas de ranking que, por lo general, se conocen cuando finaliza el año, figura el de la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), que promueve la Agencia EFE y la Real Academia Española (RAE), que consiste en la selección de la palabra más usada.
Algunos vocablos son de uso común en el español, otros provienen de países lejanos como, por ejemplo, Ucrania, un país que aún permanece bajo el acoso militar ruso, una noticia que marcó a fuego al año 2022.
Ucrania, ucraniano eran palabras poco comunes para nosotros, pero figuran entre las más usadas en la mayoría de los medios de comunicación, incluida la prensa, la televisión y tal vez con más intensidad en las redes sociales.

Aunque también es posible el gentilicio ucranio, que se usó bastante en los comienzos de la guerra, es preferible el uso de ucraniano, señala la RAE.
La palabra apocalipsis está asociada con la posibilidad de una conflagración bélica global que causaría inimaginable destrucción y muerte; criptomoneda es el dinero virtual, lo contrario del papel, y las más conocidas son bitcoin y ether.
Otras palabras candidatas a las más usadas en 2022, según FundéuRAE, son ecocidio o la posibilidad de un daño grave a los ecosistemas de algún lugar del planeta; diversidad, muy empleada cada vez que nos referimos a los cambios sociales.
Gigafactoría, gripalizar, gasoducto, inflación, inteligencia artificial, topar y sexdopaje también aparecen en la lista.
La misma entidad nos recuerda cuáles fueron las palabras más usadas en los últimos años:
2021: vacuna
2020: confinamiento
2019: emojis
2018: microplástico
2017: aporofobia
2016: populismo
2015: refugiado
2014: selfi
2013: escrache
De esta lista de años anteriores hay algunas palabras poco usadas en nuestro país, por ejemplo, escrache, que alude a manifestaciones convocadas frente a los domicilios de políticos y otros personajes públicos.
Primero conocida como selfie y españolizada selfi, este acto de tomarse foto uno mismo con el teléfono celular se expandió rápidamente y su uso es muy común; lo mismo ocurre con emojis o emoticonos, presentes en mensajes y chats.
Y finalmente una poco conocida en nuestro medio: aporofobia que se confunde con xenofobia o con racismo.
Citamos textual la explicación de FundéuRAE: “La voz aporofobia ha sido acuñada por la filósofa española Adela Cortina en varios artículos de prensa en los que llama la atención sobre el hecho de que solemos llamar xenofobia o racismo al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres”.