Otros feminismos

franco-junio

Por Ana Cristina Franco

Soy feminista. Cualquier ciudadano medianamente inteligente debería saber que no ser feminista es un crimen; que es inocente pensar que el feminismo es asunto solo de mujeres o que el machismo afecta únicamente a las mujeres y solo lo ejercen los hombres. Sépanlo: estamos hablando de un problema social que nos compete a todos. Creo que no ver la injusticia de género, tan activa e impune, es tapar el sol con un dedo. Y creo, también, que hay demasiados clichés e ideas equivocadas flotando en el aire.

En pleno siglo XXI, las mujeres seguimos atrapadas en una sociedad que sexualiza nuestro cuerpo y a la vez nos castiga por ser sexis. Hace tiempo que hay una “campaña feminista” en las redes sociales en la que circulan fotos de mujeres que escriben con marcador sobre su cuerpo cosas tales como: “Me pongo short porque tengo calor… No para calentarte”, “Yo me visto para mí, no para ti”. Además de mojigata, esta mirada me parece machista. Niega nuestro derecho a provocar y afirma el derecho del hombre a irrespetar a una mujer que se vista de manera provocativa. En las mismas redes sociales, circuló otra propaganda feminista que decía “No es no, aun con el calzón abajo”. Esta imagen, en cambio, me parece plausible. Reivindica el derecho a decidir sobre nuestro deseo. Seducir, lanzarse sobre un hombre y después negarse a tener sexo con él tiene sus partes de histeria y maldad, pero puede suceder: una mujer y un hombre se están besando, se tocan (los dos) y, en el momento dado, ella no quiere llegar al coito. ¡Ella tiene todo el derecho de hacerlo! ¿De cuándo acá es obligación tener sexo? “Pero no, no seas calienta huevos, dejarle a medias a un hombre es un pecado”. ¿Si no queremos tener sexo, no podemos coquetear? Muchos hombres piensan que si coqueteas con ellos tienen absoluto derecho a acostarse contigo porque “les estás dando señales”. Pero no, ni coquetear ni vestirse sexi debería ser motivo de agresión. ¿De cuándo acá tengo el derecho de besar a todos los hombres sexis?, ¿debo prohibirles ser sexis solo porque me muero de ganas de besarlos y no siempre puedo hacerlo?; bajo esta lógica del “Si va a comprar, para bajarle” debería prohibir todo aquello que no puedo tener, ¿cierto? He visto andar sueltos a hombres tan bellos que deberían estar prohibidos. Sí, como idea poética es genial, pero no puedo castigar la sensualidad solo porque no puedo acceder a ella, imaginen cuántos ya estaríamos presos.

El deseo masculino parece ser una fuerza incontrolable y absolutamente respetable de la cual ellos mismos no son responsables, y es por eso que no se debe “provocarlos”, porque es justificable que no se controlen. No nos justifiquemos diciendo que es por el clima que nos vestimos sexis, si es para provocar también es válido, de hecho, siempre es para provocar, obviamente no a todos, pero aún no existe un aparato que haga que solo los que te gusten te vean en minifalda y los que no en pantalón. Soy feminista, pero como dijo Camille Paglia: “Hay que salvar al feminismo de las feministas”. Y lo siento, pero este feminismo torpe e inmaduro no me representa.

¿Te resultó interesante este contenido?
Comparte este artículo
WhatsApp
Facebook
Twitter
LinkedIn
Email

Más artículos de la edición actual

Recibe contenido exclusivo de Revista Mundo Diners en tu correo