Vivir en NY es ser parte de una relación simbiótica entre sus habitantes y la infraestructura. Manhattan es una bella y caótica fundición de individuos, calles, edificios y ruido. Cuando la ciudad estuvo asolada por la pandemia en la primavera de 2020, la gente desertó, se fue, se confinó. Las sirenas de las ambulancias fueron lo único que rompió el silencio. El aire se consideraba venenoso y los vagabundos se tomaron la ciudad.
En esos días la melancolía me impulsó a salir por pocas horas para intentar encontrar un lugar donde comer o un espacio para disipar, difícil, casi inexistente. Decidí registrar, desde el aire y la tierra, la esperanza en la ciudad abandonada; estas son imágenes de nostalgia, de belleza, de extrañeza, de una nueva vida.






Fernando Espinosa Chauvin, fotógrafo ecuatoriano. Ha trabajado en Nueva York como fotógrafo de moda para agencias de modelos internacionales y sus fotografías han sido expuestas en varios países. Autor de los libros Afrodisiaco, Dubrovnik, Split Croacia, Galápagos surreal, Ecuador tierra del cacao. Su último trabajo, NY IS BACK, está siendo exhibido en Studio Anise en SoHo.