¿Los Óscar dejaron de ser demasiado complacientes con las grandes y carísimas películas producidas por los grandes estudios? ¿Quizás los movimientos Me Too y Black Lives Matter han forzado a la Academia de Hollywood a ver un poco más allá de las películas producidas por poderosos hombres blancos?
Sea cual fuere la respuesta, lo cierto es que, en la última entrega de dichos premios, destacó Nomadland, ciertamente un filme pequeño, independiente, dirigido por una joven realizadora nacida en China, cuyo relato habla de las vidas de personas que, básicamente, lo han perdido todo en la vida.
Esos loosers merodean varios lugares del Oeste norteamericano, sin hogar fijo. Son, casi todos, de mediana y avanzada edad que han perdido sus trabajos y sus hogares y viven en campers. La mayoría son víctimas de la gran crisis económica que sacudió al mundo en 2008 y 2009. Son las silenciosas vidas a las que el sueño americano se les convirtió en pesadilla.
La historia se centra en Fern —interpretada impecablemente, como siempre, por Frances McNormand— que ha perdido su empleo de muchos años. Vende muchas de sus posesiones para comprar una van, que será su hogar en adelante. Conoce a gente como ella: náufragos confundidos en busca de una razón para vivir. Y debe adquirir las destrezas para sobrevivir en el camino. Hace amigos, conoce a un interés romántico, consigue unos trabajos temporales donde la explotación es el común denominador. La vida es precaria y dura para ella y para esta comunidad de nómadas, pero también está la humanidad y la generosidad mutuas.
Una directora china
Chloe Zhao, que ha realizado todas sus películas en Estados Unidos, cuenta esta historia de una manera distanciada y contemplativa. Lo hace sin duda con admiración hacia aquellos a los que les ha tocado vivir de esta manera, pero trata de no involucrarse demasiado. La cámara es distante. Las varias pequeñas historias que topa —incluso la de Fern— son casi siempre contadas de forma superficial, como no queriendo enredarse demasiado en la experiencia.
Zhao trata de darle un ambiente documental —por momentos— a su narración, incorporando personajes que, en la vida real, viven como nómadas. Le falta profundidad, y los espectadores, por momentos, no llegamos a entender las verdaderas causas y efectos de este tipo de vidas.

Zhao nos presenta esta historia con una bellísima fotografía, de planos abiertos. Es tan bella, que a veces choca, por contradicción, con los durísimos momentos que pasan quienes viven en los campers. Zhao descubre, así, con limitaciones y todo, un territorio pocas veces retratado por el cine de Hollywood.
Y Frances McNormand aporta una interpretación ajustada, simple, carismática, transparente, contenida. Fue, además, productora y con Nomadland es la mujer más condecorada por la Academia pues ha ganado ya cuatro Óscar: tres como actriz y uno como productora. Sin duda, una gloria del cine.
Tres Óscar para un filme independiente
- Basada en el libro Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century de Jessica Bruder.
- Dirigida por Chloe Zhao y protagonizada por Frances McNormand, quien también es la productora.
- Ganadora de tres Óscar 2021 y del León de Oro del Festival de Venecia.
- Enfoca a los últimos perdedores del sueño americano.