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Zinaida Serebriakova, pionera del impresionismo ruso

Zinaida Serebriakova es, sin duda alguna, la más grande artista rusa de la era pre-revolución bolchevique. La simplicidad, elegancia en sus líneas, claridad, autorretratos íntimos y su pasión por los horizontes rurales caracterizan casi toda su obra.

Pinturas donde muestra a sus cuatro hijos, pinturas de desnudos, representar su vida cotidiana la llevaron a ser reconocida como la primera académica rusa en su campo artístico, enmarcado dentro del impresionismo.

Zinaida Yevgenyevna Serebriakova nació en 1884 en Neskuchnoye, perteneciente a la entonces Gobernación rusa de Kursk (Imperio Ruso), hoy actual Jarkov, Ucrania. Creció dentro de la dinastía familiar de artistas Benois-Lanceray.

El abuelo de Serebriakova fue un famoso arquitecto de la década de 1850. Su padre, Eugene Lanceray, un reconocido escultor. No es extraño entonces que Zinaida haya encontrado refugios artísticos, inicialmente en el dibujo.

En 1900, se matriculó en la escuela de arte privada de la princesa María Tenisheva, donde conoció a Ilya Repin, considerado el Rembrandt de Rusia, quien se convirtió en uno de sus primeros mentores. En 1903, Serebriakova ingresó al estudio de Osip Braz, pintor realista ruso y miembro de Mir Iskusstva (Mundo del Arte).

Desde pequeña, Serebriakova dominaba los paisajes y las escenas de la vida campesina. A los 21 años conoció a Boris Serebriakov, su primo segundo y futuro marido.

Por conflictos sociales, en noviembre de 1905 toda la familia de Zinaida Serebriakova se mudó a París. Allí estudió en la Académie de la Grande Chaumiere. En abril de 1906, la familia regresó a San Petersburgo, donde nació su primer hijo, Yevgeny y luego Alexander en 1907.

Una mañana del invierno de 1909, Serebriakova comenzó a trabajar en uno de sus cuadros más conocidos titulado ‘En el tocador’, un retrato íntimo de una madre joven. Se pintó a sí misma, como se ve en su espejo de tocador. En el siguiente video, del canal de Youtube ‘AB Adriana’, se explica la importancia de esta obra en su carrera.

En 1910, Zinaida logra exponer en la exhibición Mir Iskusstva de retratos de mujeres rusas contemporáneas.

¡Fue una sensación inmediata entre los críticos! La Galería Tretyakov, uno de los museos de bellas artes más distinguidos de Rusia, compró el retrato junto con otras dos de sus pinturas titulada ‘Otoño Verde’ (1908) y ‘Mujer Campesina’ (1906).

Entre 1911 y 1913, Serebriakova trabajó en su serie de pinturas más aclamada por la crítica, conocido como su ‘Serie de baños’. Durante este tiempo, nacieron sus hijas Tatiana y Ekaterina.

Con esta serie, la artista rusa abrazó un estilo conocido como Renacimiento neoclásico, que supuso un regreso a la pintura clásica con un giro conceptual. Este género marcó un cambio notable en el mundo del arte, en el que Serebriakova fue un contribuyente clave.

En 1917, en el punto más alto de la carrera de Serebriakova, la Academia Imperial de San Petersburgo la nominó con el rango de académica.

La revolución bolchevique interrumpió su oportunidad en la academia, ya que tuvo que huir a las cercanías de Kharkiv (actual Ucrania).

Neskuchnoye fue saqueado en 1918. Su esposo Boris fue arrestado en Moscú y luego murió de tifus mientras estaba encarcelado en una cárcel bolchevique.

Viuda, con cuatro hijos pequeños y una madre anciana, Serebriakova regresó a San Petersburgo. Ella buscó cualquier trabajo que pudiera conseguir para evitar que su familia pasara hambre.

Fue en ese momento cuando produjo su obra más sombría: ‘Casa de Cartas’ (1920), en la que sus cuatro hijos juegan con cartas. A diferencia de sus obras anteriores, los personajes en los lienzos ya no lucían tan felices.

La rusia revolucionaria rechazó la perspectiva femenina de Serebriakova, optando en su lugar por carteles de propaganda al estilo de las vanguardias.

Inevitablemente, abandonó la Unión Soviérica y se dirigió a París en 1924, justo antes de que el gobierno endureciera las restricciones de viaje.

Con suerte, ella encontró una base de clientes confiables de migrantes rusos en Europa occidental. Participó en exposiciones individuales y colectivas en toda Europa con gran éxito de crítica.

Sin embargo, pasó muchos años afligida por solo tener cerca a dos de sus cuatro hijos. Dos de ellos, los mayores, se quedaron en la Unión Soviética, sin posibilidad de verla por más de 30 años.

Serebriakova llegó a Moscú en mayo de 1965, su primera vez en suelo ruso desde su migración involuntaria. Las obras recibieron críticas muy favorables. Por fin, se regocijó por el éxito en su tierra natal.

Para 1966, inauguró una gran exposición con más de 200 obras en Moscú, Leningrado y Kiev. En septiembre del año siguiente, murió en París a la edad de 82 años. Una gran parte de sus piezas se exhiben en la Galería Tretyakov y Museo Pushkin de Bellas Artes en Moscú.


La obra de esta pionera del arte ruso se ha subastado en numerosas ocasiones, con precios alcanzados entre $1200 hasta $5.894,470, ésta última cifra por su pieza titulada ‘Estudio de una chica dormida’ vendido en Londres en el año 2015.

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