Zadok Ben-David (1949) es un artista israelí que se fija en los detalles. Sobre todo, en los rostros. En las expresiones faciales de miles de personas con quienes se ha cruzado en incontables viajes por el mundo. Un escultor muy peculiar. Detallista. Impecable.
Sus instalaciones se caracterizan por ser masivas, con cientos o miles de pequeñas esculturas, como lo son ‘Blackfield’ (2006-2020) o ‘Blackflowers’ (2008-2012).
El metal, acero inoxidable y aluminio son sus materiales preferidos. Es graduado en Escultura Avanzada por la St. Martin’s School of Art de Londres. Sus obras se han mostrado en museos y galerías de toda Europa, Norteamérica, Asia y Oriente Medio.
Zadok Ben-David respondió a Revista Mundo Diners sobre su primera exhibición que realiza en Latinoamérica. Su primera parada es Quito. Su obra titulada ‘Gente que vi pero no conocí’ llega a la capital tras girar por Estados Unidos, Rusia, Corea, Australia y Portugal. Un total de siete mil piezas sobre arena integran la gran muestra.
Esta exposición estará abierta al público en el Palacio de Cristal del Centro Cultural Itchimbía hasta el 15 de diciembre de 2022.
La propuesta de Zadok Ben-David plantea a los espectadores cuestiones sobre migración, la diversidad de la humanidad, del poder de la observación y la reflexión como un colectivo que vive en un mismo planeta.
Resides en Londres, pero sueles viajar mucho. ¿Dónde estás ahora?
No, actualmente estoy en Portugal, donde trabajo a menudo, ya que también tengo un estudio aquí.
Tras una larga trayectoria artística, ¿cómo describes esta etapa de tu vida?
No creo que la definición de mí mismo como artista haya cambiado a lo largo de los años, pero ha habido grandes avances de una obra de arte a otra.
Creo que las experiencias que he ganado a lo largo de los años me han ayudado a alcanzar una comprensión más profunda y una perspectiva más amplia del mundo dentro y alrededor de mí.
¿Cómo te enamoraste del metal y el aluminio? ¿Esta relación comenzó en la Escuela de Arte de St. Martin o antes?
Nunca me he enamorado del metal ni de ningún otro material. El material nunca es un tema o un objetivo para mí, es solo una elección de herramienta para expresar mis ideas de la mejor manera posible.
¿Cómo te afectó el confinamiento por la pandemia de covid-19 durante el año 2020? ¿fue de provecho creativo?
Durante la pandemia, aunque mi estudio en Londres estaba cerrado y mi equipo se quedó en casa, pude pasar la mayor parte de mi tiempo en Portugal dibujando a partir de fotografías para la instalación ‘Personas que vi, pero nunca conocí’.
Afortunadamente, debido a este proceso, el bloqueo no me afectó creativamente de manera significativa, ya que los dibujos se pueden hacer en cualquier lugar, incluso en casa.
‘Personas que vi pero nunca conocí’ ha estado en muchos países hasta ahora, ¿por qué elegiste Ecuador para que sea tu primera parada en Latinoamérica?
Yo no elegí a Ecuador, Ecuador me eligió a mí y estoy muy agradecido por la invitación.
Durante mi estadía allí para la instalación, descubrí un hermoso país con gente maravillosa.
Mostrar ‘Personas que vi pero nunca conocí’ en el increíble espacio del Itchimbía es ideal, y espero que siga viajando pronto a otros países de América Latina.




¿Cuál es el concepto general de ‘Personas que vi, pero nunca conocí’? ¿hay alguna característica nueva que descubres cada vez que la llevas a un nuevo país?
‘Gente que vi pero nunca conocí’ es un retrato monumental de la humanidad. Situar a personas de diferentes razas, religiones y culturas en una misma tierra, lado a lado, con las mismas distancias y sin jerarquía.
Viajar y ver gente en varios países enriquece mi experiencia y comprensión, refuerza mi creencia de que, a pesar de las diferencias culturales, hay mucho más en común entre todos nosotros.
¿Cuántas piezas hay en ‘Personas que vi pero nunca conocí’ y cuál fue el gran desafío al construir esta pieza, en comparación a tus trabajos anteriores como ‘Blackfield’ o ‘Blackflowers’?
Hasta el momento en la instalación hay más de siete mil personas de más de 20 países, y actualmente estoy dibujando personas que vi en Ecuador, pronto serán parte de la obra de arte y se exhibirán en el próximo lugar.
‘Backfield’ se compone solo de pequeñas esculturas, ‘Blackflowers’ son solo las piezas de aluminio más grandes cortadas a mano. ‘Gente que vi pero nunca conocí’ combina estos dos procesos que crean sus propios desafíos únicos.
¿Planeas llevar ‘Personas que vi pero nunca conocí’ a otros países de América Latina?
Espero que sí, estamos trabajando en ello ahora.

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