NOTA DE LIBRE ACCESO

Voyeur, la persiana americana de Diego Fonseca 

El libro reúne 15 perfiles escritos por el argentino Diego Fonseca. Entre los personajes que retrata aparecen el Nobel de Economía Joseph Stiglitz, la actriz Lynda Carter y el expresidente Barack Obama. 

El mes pasado, Diego Fonseca estuvo en Quito para presentar Voyeur, un libro de perfiles publicado por la editorial ecuatoriana Severo. El primero lo escribió en 2009 y el último en 2017; la mayoría entre Washington DC, Buenos Aires, Nueva York y Ciudad de México.

Presentación Voyeur de Diego Fonseca
Diego Fonseca en la presentación de Voyeur, en la última edición de la Feria Internacional del Libro de Quito.

Hay textos extensos, como el de Joseph Stiglitz, o el de Carl Bernstein; y otros breves, pequeñas viñetas, como la de Mark Zuckerberg, Silvio Berlusconi o George Michael. Muchos de ellos fueron publicados en medios como Etiqueta NegraEl País de España y la revista Orsai.

De entrada, lo que salta a la vista es que todos los personajes reunidos en este libro se mueven entre la fama y el poder: mundos que muchas veces son narrados desde la superficialidad de la coyuntura mediática; o de la velocidad de las redes sociales.

Luego, el lector descubre que, en cada texto, Fonseca ha seleccionado algo particular de cada personaje para, desde allí, mirarlo con sus ojos de voyeur profesional. 

A través de su persiana americana, el autor retrata el populismo de Il Cavalieri, el vínculo que Florentino Pérez tiene con el mundo de lo simbólico, o la manía con el empleo de la conjunción adversativa pero, que Barack Obama pregonaba en sus discursos. 

En varios de sus textos, Fonseca muestra cómo conversar, observar y escuchar con atención y paciencia a una persona, al final tiene su recompensa. Sobre todo, cuando el lector puede ver en ellos reflejados valores humanos con los que se identifica o que rechaza.

Stiglitz y la economía pop

Es poco frecuente que un economista se convierta en una estrella de la cultura popular, en un rockstar, pero a veces sucede. Uno de esos rara avis es el Nobel de Economía Joseph Stiglitz. 

Hay varias pruebas de esta aseveración. Una de ellas es el documental Alrededor del mundo con Joseph Stiglitz, la primera película, como cuenta Fonseca, en la que un “economista panzón y semicalvo” se convierte en el personaje principal.

En el perfil Un Nobel de Economía detiene el tiempo, el escritor argentino cuenta detalles de esa cinta y recuerda que fue grabada entre Estados Unidos, India, China, Botswana y Ecuador. 

El libro fue editado por Severo Editorial, de Ecuador.

Sí, el heredero del pensamiento keynesiano, aunque algunos lo hayan borrado de su memoria, estuvo por estas tierras en los tiempos del correísmo.  

Lo que Stiglitz hace en este filme es lo mismo que lo llevó a ser el abanderado de la economía pop: ofrecer esperanza a los menos favorecidos, con un lenguaje que todos puedan entender. Lo interesante de este perfil es que Fonseca no solo se queda con lo que todos ven a simple vista, sino que dispara su mirada a las profundidades del personaje.

Lo hace, en gran medida, porque tuvo acceso privilegiado a Stiglitz y su entorno. Conversó con él dos veces: en la Universidad de Columbia, en Nueva York, y en Washington DC. En estos encuentros le habló de su vida en Gary, el mismo pueblo donde nació Michael Jackson, su lectura de la economía y su autopercepción como rebelde del capitalismo occidental.

Aspectos de su vida que Fonseca contrastó con entrevistas a colegas, periodistas y funcionarios de organismos multilaterales y que permiten retratar de cuerpo entero al exjefe del Banco Mundial.

Lynda Carter y los amores de juventud 

De niño, Fonseca era fanático de La Mujer Maravilla, la serie de televisión que Lynda Carter protagonizó entre 1975 y 1979. Durante esos años no la vio solo como una superheroína sino como lo que realmente era para él, su primer amor platónico.  

Cuando creció, como suele pasar con esos amores juveniles, lo guardó en lo más profundo de su memoria y siguió con su vida.

Cuatro décadas más tarde, cuando vivía  en Washington DC, la encontró de casualidad. Ella pasaba por una librería y justo le llegó un mensaje, de quien en ese momento era su pareja, diciéndole que Carter estaba lanzando un disco de jazz y que lo iba a presentar en los próximos días. 

Reencontrarse con su amor de juventud, ahora convertida en una cantante de jazz, lo motivó a escribir La Mujer Maravilla canta jazz, el perfil más personal e íntimo de esta serie. Y en el que finalmente termina reflexionando sobre la añoranza del pasado. 

Después de verla cantar y entrevistarla en su casa descubrió, entre otras cosas, que Carter todavía cuidaba y respetaba a La Mujer Maravilla, pero que el verdadero motor de su vida eran sus canciones; esas que pocos fuera de Estados Unidos conocen y que Fonseca seguramente ya ha olvidado.

Te podría interesar:

Artículos relacionados de libre acceso

Etiquetas:

Comparte este artículo
WhatsApp
Facebook
Twitter
LinkedIn
Email

Otros artículos de la edición impresa

Recibe contenido exclusivo de Revista Mundo Diners en tu correo