La exposición ‘Tentaciones’ se exibe en la planta baja de este museo. Hay obras de artistas contemporáneos como Luigi Stornaiolo.
En septiembre de 2013, el Museo del Carmen Alto abrió sus puertas al público. Una década más tarde, el edificio patrimonial de la esquina de la García Moreno y Rocafuerte, se mantiene entre los espacios culturales más atractivos del Centro Histórico.
Hay varias razones para que este lugar, que es parte de la Fundación Museos de la Ciudad, tenga tanta acogida entre los visitantes. Una de ellas, sin duda, son las referencias y el morbo que hay alrededor de Mariana de Jesús, la primera Santa ecuatoriana.
Por otro lado está el diálogo que, desde la coordinación de turno, se ha entablado entre el acervo del museo y el arte contemporáneo. El ejemplo más reciente es ‘Tentaciones’, una exposición temporal que se exhibe actualmente en una de sus salas.
‘Tentaciones’
¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando piensa en la tentación?
-En algo prohibido.
-Lo que le gusta y no puede/debe hacer.
-Algo que desea con todas su fuerzas.
Estas ideas y el dibujo de una serpiente roja sobre una pared blanca dan la bienvenida a las personas que visitan la muestra ´Tentaciones’.
En la exposición se exhiben obras de Joaquín Pinto, Víctor Mideros, Luigi Stornaiolo y Franciné Córdova y objetos que pertenecieron a Santa Mariana de Jesús, entre ellos algunos que utilizó durante varios años para flagelar su cuerpo.
También hay una máscara de la Diablada de Píllaro hecha con papel engomado, cuernos de borrego y huesos de res y una serie de documentos que hacen referencia al comportamiento de las personas, entre ellos un ejemplar de la Constitución de 2008.

Todas estas obras y objetos sirven para disparar reflexiones sobre los conceptos construidos alrededor de la tentación, sus representaciones y transformaciones sociales.
Y, asimismo, mostrar que todos los seres humanos están atravesados por las tentaciones y que estas pueden ser abordadas desde una mirada religiosa, política, social o comercial.
Recorrido por el museo
En un recorrido que dura cerca de una hora, el visitante puede conocer, entre otras cosas, detalles de la vida de las monjas Carmelitas Descalzas, que llegaron a Quito desde el Callao y se afincaron en la que fue la casa de Mariana de Jesús.
También el lugar exacto donde Mariana de Jesús dejó caer su sangre y ahí luego floreció una azucena. Y habitaciones y espacios en donde se recrea la cotidianidad de las 21 monjas Carmelitas que viven en el claustro junto al museo. Entre ellos la cocina, el repartidor y el refectorio, donde comen escuchando las lecturas sobre Santa Teresa de Ávila.
En el recorrido también se pueden apreciar cuadros de gran formato de distintos artistas, desde el siglo XVII, entre ellos Hernando de la Cruz, Isabel de Santiago, Bernardo Rodríguez de la Parra, Joaquín Pinto y artistas anónimos.
Aquí abundan las obras de Víctor Mideros sobre Mariana de Jesús. En muchos de ellos, la Santa ecuatoriana aparece flagelada y en uno, incluso, crucificada.
‘Dormición de la Virgen’
En el segundo piso del Museo se puede ver la reproducción de un taller de bordado, con máquina de coser y rueca incluidas. Además se recrea una habitación de las monjas Carmelitas; un espacio austero con cama, escritorio y bacinica.
Pero lo que más sorprende es el área donde está la ‘Dormición de la Virgen’, un conjunto de 17 esculturas de tamaño natural, entre las que aparecen la Virgen María, sus hermanas y los apóstoles, menos Judas Iscariote. Aquí, María está acostada en una cama, de dos plazas, esperando el momento de la asunción a los cielos.