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El músico ecuatoriano Stalin González se renueva en 2021

Por Víctor Vergara

Stalin Bladimir González, nació en Quito el 5 de mayo de 1972. Es un multifacético músico, compositor, cantante y guitarrista ecuatoriano.

En su trayectoria de casi 30 años, tuvo la oportunidad de viajar a más de 40 países para realizar conciertos y seminarios junto al grupo de música andina, Altiplano de Chile.

El músico Stalin González en su estudio en casa. Foto: Víctor Vergara

Stalin ostenta el premio ‘Luis Alberto Valencia’ a las Artes y a las Ciencias 2017 con su álbum ‘Detrás del Espejo’ y obtuvo la mención honorífica del mismo premio con su disco ‘Tradición y Leyendas’ en 2018, por parte del Municipio de Quito.

Además, es tres veces ganador del Fondo Fonográfico del Ministerio de Cultura y Patrimonio. Stalin recibió a Revista Mundo Diners en su domicilio en las afueras de Quito, y respondió de todo.

¿Qué te hizo reflexionar la pandemia y el cambio de vida que hemos vivido? ¿Cómo lo
 viviste?

-Es una condición en la que se ha ganado y se ha perdido mucho. Nos hemos dado cuenta que necesitamos un paraguas enorme que nos proteja a todos, y tenemos que construir ese paraguas como seres humanos.

También la mezquindad de la gente se sintió mucho y muchos trataron de enriquecerse aprovechándose del sufrimiento de otros. Yo me contagié con covid-19, mi esposa y mi hijo también, por suerte, tuvimos síntomas leves, así que no pasó a mucho”.

¿Te acoplaste sin problemas al cambio de las conferencias y reuniones virtuales?


-No soy un experto de las redes sociales o plataformas pero trato de mantenerme al tanto. No tuve problemas.

Y musicalmente, ¿existieron abruptos cambios de planes?

-Fue terrible. Nosotros (Altiplano de Chile) teníamos que viajar en el mes de junio (de 2020) por el cual estuvimos luchando unos siete años para entrar. Es un festival en Noruega, el Molde International Jazz Festival. Es muy difícil ingresar a ese festival. Por fin nos invitaron. Y la pandemia paró todo. Y vamos a tener que esperar más.

¿Cómo se encuentra tu relación actual con los demás miembros de Altiplano de Chile?

-Estamos un poco dispersos (…) cada quien armando proyectos independientes. Yo estoy a punto de sacar un nuevo disco. Fernando Villablanca está con un grupo que se llama Markamaru, Mauricio Vicencio haciendo música de sanación. No hemos tenido tiempo de pensar como Altiplano a mediano plazo.

Tras el lanzamiento de tu disco ‘Detrás del Espejo’ en 2016, ¿de qué tratará tu nuevo disco? 

-Estoy recreando a poetas afroecuatorianos y, junto a la poesía de mi esposa (la cubana Tania Santana); estamos componiendo canciones sobre lo que significa ser padres. No va a ser un solo disco, porque tengo mucha música. Espero que salga este disco en octubre de este 2021. 


Recordando los orígenes musicales de Stalin González

A los 10 años te enamoraste de la guitarra y luego estudiaste en el Conservatorio Nacional de Música Antonio Neumane. ¿Qué más recuerdas de tu infancia?

“La música es una cosa que te atraviesa, que te deja una esencia, que es imborrable, eso me pasó a mi cuando era pequeño. Parte de un tío mío que tocaba. Me gustaba mucho el rock clásico, mi hermano me hizo descubrir la música de Silvio Rodríguez y me encantó la trova cubana. Después al conservatorio, con música clásica”.

¿Y de la música ecuatoriana?

-Me gusta lo tradicional. Ahora estoy haciendo una investigación sobre los pingullos, pífanos y dulzainas, son instrumentos de vientos. Las dulzainas son más difíciles de conseguir. En Tungurahua tengo algunos contactos con quienes trabajo esto. No voy a soltar mucha información, es un trabajo fuerte e íntimo.

¿Qué lee actualmente?

En 2004, ejerciste como docente en el Instituto de Artes Visuales de Quito, ¿extraña enseñar música?

-Dar clases es la parte que menos me gusta. Cuando me tocó, me divertí, lo aproveché. Traté de dar lo mejor de mi a los chicos. Ahora muchos son profesionales. Pero como docente, no me encanta. Sin embargo, por la pandemia y la crisis, di clases a pequeños de 15 años, que ya tocan, porque no puedo tener principiantes. 

Tienes una vida muy vinculada desde el punto de vista artístico y familiar con Cuba, ¿cuáles proyectos tienes por cumplir en la isla caribeña?


-En 2018 fui a hacer una producción con Per Oddvar Hildre (director orquestal noruego) el coro noruego Skruk y ‘Vocal Divas’, un quinteto de voces de Santiago de Cuba y con el coro del Conservatorio cubano. Allí, armamos un ‘KulturMix’ y giramos por dos semanas en Cuba. 

La idea de algún momento de producir desde Cuba aún sigue vigente, hay excelentes músicos en Cuba. Es aún un sueño que quiero cumplir.

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