Cieza de León, cronista de la Colonia (citado por Jorge Marcos, 1999: 37), es el primero que hace referencia a los patos domesticados: “en la naturaleza crecen perdices… especialmente una que se llama xutay, que es una especie de pato (cairina moschatta) que los indios crecen en sus casas, habiendo sido domesticado y son buenos para comer”.
Según Douglas Ubelaker, restos óseos de pato, que provienen del periodo de integración tardío, han sido identificados en el cementerio de Ayalán en la Península de Santa Elena. También es frecuente la representación de patos joque en artefactos de cerámica de las culturas Chorrera y Manteña (Meggers 1966: 123).
En la actualidad, en la zona rural de Nobol (Guayas), los campesinos crían patos para el autoconsumo y los comercializan en las ferias de varios cantones de la provincia.

Descripción del seco de pato
El plato se prepara a base de un refrito de cebolla, ajo, tomate riñón, pimiento, jugo de naranjilla o chicha de jora. Se agrega el pato en presas y se lo deja cocinar hasta que la carne se suavice. Se aromatiza con cilantro y se sirve acompañado de arroz blanco y maduro.
Este plato se prepara en las provincias de Santa Elena y Guayas, en los cantones de Salitre, Colimes, Palestina y, especialmente, en Nobol.
La población de estos sectores es conocida por su variedad en la preparación de secos, así tenemos seco de chivo, de gallina criolla y de pato. El seco de pato se prepara de manera habitual. Con el tiempo se ha convertido en un plato solicitado por los turistas.
Las visitas de los creyentes al santuario de la Santa Narcisa de Jesús así como a la hacienda San José donde nació, han tornado a Nobol en un lugar de turismo religioso. La ruta devocional termina en visitas gastronómicas a los diversos paraderos, siendo una fuente de ingresos importante para la población.
Ingredientes:
7 presas de pato
1 tomate riñón
1 cebolla paiteña
1 pimiento
2 dientes de ajo
Jugo de 1⁄2 naranjilla
1 rama cilantro picada
Aceite
Sal
Aliñar el pato y dejarlo sazonado. Hacer un refrito con aceite, cebolla, ajo, tomate y pimiento. Añadir el jugo de naranjilla y dejar hervir. Agregar las presas de pato, cocinar en una olla con tapa hasta que la carne esté completamente suave.
Esta cocción puede tomar hasta dos horas. Añadir el cilantro. Servir con arroz, maduro y ensalada de cebolla, tomate y pepinillo.
Usar el pato criollo porque es magro y no tiene tufo. Algunas cocineras alimentan al pato, ocho días antes de matarlo, solo con maíz y agua para purgarlo, luego lo lavan con agua y limón antes de sazonarlo. Lo ideal es dejarlo sazonado un día antes.
Se puede usar chicha, cerveza o jugo de tomate de árbol en lugar del jugo de naranjilla.