‘Seaspiracy’ cumple un año en Netflix. Un documental más vigente que nunca. Esta pieza combina imágenes inéditas, coberturas bajo tensión y entrevistas con expertos para ilustrar una mirada completa a los muchos problemas que enfrentan nuestros océanos en la actualidad.
Dirigida y narrada por el cineasta británico Ali Tabrizi, la película nos lleva a un dinámico recorrido por los mares de todo el mundo, resaltando la importancia de los tiburones y los delfines para los ecosistemas marinos y, mayormente; el gran impacto dañino de la pesca comercial. El joven director se lo toma muy personal.
La contaminación plástica, el cambio climático, la sobrepesca, la seguridad de los trabajadores de la pesca forman parte de otros tópicos que aborda Seaspiracy.
De entrada, Tabrizi ofrece un contacto directo con reconocidas organizaciones en pro de la defensa de los océanos, la vida silvestre y su conexión con fuerzas poderosas en la industria pesquera.
En muchas de sus entrevistas con los llamados ‘defensores’, se evidencia que algunos de esos grupos no se alinean con el bienestar real de las aguas marinas o de las muchas especies en peligro de extinción. La falta de supervisión sobre las verdaderas realidades de estas operadoras de pesca internacional es lo que les permite seguir actuando con casi total impunidad.
Algunas de las escenas revuelven el estómago y pueden ser difíciles de ver, debido a la vulnerabilidad de los delfines y tiburones, que son descuartizados a manos de pescadores asiáticos. Atrocidades que Tabrizi se dispone a revelar a los ingenuos espectadores.
La industria mundial de la pesca brinda grandes cantidades de empleo y nutrición esencial para millones de personas, particularmente en el sudeste asiático. Sin embargo, esta actividad es también la mayor amenaza para la vida marina, por causa de la sobrepesca.
“300 mil delfines, ballenas y marsopas son cazadas por operadoras de pesca por año. El 70% del macroplástico en el mar proviene de las actividades relacionadas a la pesca. Los sorbetes solo constituyen el 0,03% del plástico que entra al océano. 24 mil pescadores mueren en su labor cada año”, indica la página web oficial del documental.
La pesca de arrastre (peces y otras especies marinas que se capturan involuntariamente al intentar capturar otro tipo de pez) es un problema importante que se destaca en la película. Al ejecutar este método, las operadoras de pesca devuelven frecuentemente los peces no deseados al mar, aunque es poco probable que sobrevivan debido a la falta de oxígeno o al trauma.
¿Seaspiracy muestra toda la verdad?
Por otro lado, la organización científica ‘Sustainable fisheries’ rechaza numerosos datos reflejados por el largometraje de 89 minutos. Por ejemplo: “los peces en el mar se acabarán para el año 2048” o “más de 250 mil tortugas son asesinadas cada año en EE.UU”. Son parte de las cifras con las que están en desacuerdo.
Debido a que los espectadores están haciendo estos descubrimientos junto con Tabrizi, la audiencia va sintiendo la conmoción y la sorpresa junto con él en medio de sus peripecias mundiales.
Seaspiracy puede funcionar como una oportunidad de aprendizaje colectivo, ofreciendo a los consumidores una visión amplia sobre la toma de sus decisiones y cuando se trata de qué comer, a cuál organización internacional apoyar y sobre qué preocuparse con respecto a los océanos.

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