Salzburgo es “el corazón del corazón de Europa”, afirmó el poeta y dramaturgo austríaco Hugo von Hofmannsthal, quien, junto al director de teatro Max Reinhardt y el compositor Richard Strauss, fundó uno de los festivales de mayor connotación mundial.
Hofmannsthal tenía razón, contando no solo el contexto geográfico, si se piensa en el prestigio sinfónico y lírico cimentado por la ciudad natal del gran Mozart y del gran Karajan.
¿Cuál es el secreto de ese éxito? En el portal web del certamen (www.salzburgerfestspiele.at) no solo se resalta la amplitud que ha caracterizado la oferta artística, que va desde los grandes clásicos hasta obras vanguardistas y experimentales, sino también la presencia de los mejores directores e intérpretes del mundo en medio de un entorno envidiable del arte barroco europeo.
Hacia el final de la Primera Guerra Mundial surgió la idea de fundar un festival. La idea inicial era establecer eventos artísticos del más alto nivel en estrecha relación con la tradición cultural austríaca.
Además de tener a Mozart como inspiración, fue una oportunidad para promover la paz europea y atraer la atención hacia la ciudad barroca, lejos de la inquieta y bulliciosa Viena.

El 22 de agosto de 1920 se inauguró el certamen en la plaza de la Catedral de Salzburgo con Jedermann, de Hofmannsthal, una pieza teatral imperdible en la centenaria historia del festival con solo dos interrupciones: 1922 a 1925 y 1938 a 1945.
Tras la primera edición, se incluyeron conciertos de orquesta y cámara a partir de 1921 y producciones de ópera desde 1922. Muy pronto Salzburgo se convirtió en un lugar de encuentro para los mejores dramaturgos, directores de orquesta, actores y cantantes.
Tras la anexión alemana de Austria en 1938, recuerdan archivos del festival, “Salzburgo ya no era el escenario para una audiencia internacional” debido a la ausencia de invitados extranjeros habituales y restricciones al programa. Incluso Hitler estuvo allí en 1939 y, tras el intento de asesinato en su contra, en 1944 se suspendió la celebración del espectáculo.
En el verano de 1945 se retomaron algunos eventos y en 1946 se normalizaron las actividades con el retorno de la Ópera Estatal de Viena y de la Filarmónica de Viena.
Un capítulo aparte es la presencia de otro hijo pródigo de la ciudad, el famoso director de orquesta Herbert von Karajan, quien desempeñó la dirección artística entre 1957 y 1988 (en 1964 se amplió a una junta directiva).
Karajan murió en julio de 1989 a los 81 años, tras dirigir en Salzburgo más de 240 óperas y noventa conciertos.
De acuerdo a los archivos “fue quien movió los hilos y tomó decisiones decisivas que internacionalizaron aún más el festival”, en el que coincidieron estrellas mundiales como Giuseppe Taddei, Ettore Bastianini, Franco Corelli, Leontyne Price, Jon Vickers, Nicolai Ghiaurov, Mirella Freni, Plácido Domingo, Agnes Baltsa y José Carreras.
A partir de 1990 se introdujeron cambios notables con repertorios más diversos y una estética fresca, a veces provocativa, dirigida a audiencias más jóvenes, mientras una “segunda modernidad” recibió el siglo XXI con una dramaturgia renovada, la apertura a obras relegadas y una mayor producción propia de estrenos mundiales.
Para este 2022, el festival se realizará del 18 de julio al 31 de agosto. En este enlace, puedes conocer el programa completo.