La gestión presidencial de Rodrigo Borja (10 de agosto de 1988 – 10 de agosto de 1992) se basó en la ‘búsqueda de la paz y unidad’, ampliar la participación política de todos los sectores sociales, programas para incentivar el empleo y la resolución de viejos conflictos territoriales con Perú.
Sin embargo, tras el hombre de ahora 86 años de edad y ropa cómoda y casual en su domicilio se esconden numerosas historias.
Sus anécdotas y recuerdos giran en torno a los partidos de fútbol, básket, carreras de autos, boxeo prohibido, su coqueteo con el periodismo y lejanos recuerdos de la docencia en su juventud, previo a sus inicios en la política como diputado del Congreso nacional.
En entrevista para Revista Mundo Diners, Borja abrió las puertas de su casa en Quito y conversó sobre historias que pocos conocen. Inicialmente, se le preguntó una vital duda en estos tiempos de pandemia…

¿Cómo está de salud? ¿Cómo se siente?
– Bueno, en los últimos 75 años solo he tenido una gripe. Tengo muy buena salud. No tomo ningún medicamento; salvo una pastillita de vitamina C de 500mg, es lo único que tomo.
Tras más de un año de pandemia, ¿Cómo cambió su vida la pandemia?
– En absolutamente nada. Yo seguí viviendo como siempre, mi vida es sana. Yo me levanto a las 07:00 y a las 08:00 estoy ya en mi escritorio aumentando las entradas y textos de mi Enciclopedia de la Política, que ya tiene como 60 mil páginas. Me dedico a eso. Es mi pasión. Trabajo hasta las 12 de la noche, hasta sábados y domingos.
Sobre su ‘Enciclopedia de la Política’, ¿dónde se puede conseguir?
– Se puede ingresar gratuitamente a www.enciclopediadelapolitica.org. Ingresan alrededor de 20 mil consultas por mes de todo el mundo. Tiene unos cuatro mil temas universales, de sociología, historia, geografía.
¿Y se mantiene activo físicamente?
– Yo juego, pasando un día, tenis. Y bueno, a lo largo de mi vida jugué fútbol, vóley, básketball, atletismo también. Tengo gracias al deporte una muy buena salud. El privilegio mío también ha sido no fumar. Yo nunca fumé. El día que no hago deporte, tengo aquí un gimnasio.
¿Se ha podido vacunar contra el covid-19?
-Bueno, yo fui a dictar unas conferencias en Nueva York (EE.UU.) hace unos cuatro meses. Cuando regresé me quedé con mis nietos allá y fui al aeropuerto y no me permitían vacunarme ni a mí ni a mi esposa si no nos vacunaban en ese momento. Allí estaban los médicos, entonces nos vacunaron, así pudimos regresar (a Ecuador).
Hace poco (19 de junio) usted cumplió años, ¿Suele usted celebrar su cumpleaños a lo grande?
Nunca me he festejado los cumpleaños. Claro, me visitan mis hijos, tres mujeres y un varón, y 11 nietos. Ellos me visitan y para mí es una maravilla recibirlos.
Recuerdos Deportivos
Hablando de uno de sus nietos, Juan Manuel Correa, regresó a las pistas de la Fórmula 3 tras su accidente en carrera el 31 de agosto de 2019. ¿Se mantiene en contacto con él?
-Tengo contacto permanente. Desafortunadamente, la carrera en la que tuvo el accidente fue en el norte de Europa (circuito belga de Spa-Francorchamps) coincidió con una invitación que recibí desde España para ir a dictar un curso de ciencias políticas. Me enteré de su carrera y me fui allá. Allí le vi correr, lamentablemente vi el terrible accidente.
Usted también participó en carreras, ¿aunque fueron en Quito no?
Tenía la aprobación de su padre para correr en autos, ¿en el boxeo fue lo mismo?
Yo vivía a cuatro cuadras de la Plaza Arenas, de Toros, en La Caldas. Ahí funcionaba la academia de boxeo. Mi padre se enteró y fue lo único que me prohibió en la vida, boxear. Pero como mi padre venía cada 10 días porque trabajaba en el campo, yo boxeaba con el nombre de un amigo mío, de apellido Mena.
Todo venía bien hasta que le gané aquí a un campeón centroamericano. Entonces, en el periódico salió mi nombre completo.
Llegó mi padre y sus amigos le felicitaban por mi victoria. Mi padre se enteró de que yo no le había hecho caso. Me quitó el saludo por dos meses. Ahí tuve que dejar el boxeo.

Hablando de fútbol, ¿Sigue al actual campeonato nacional?
-En la universidad, en la facultad de Derecho de la Central donde yo estudié, la mayor parte de los estudiantes éramos de Liga Deportiva. También tengo simpatía por el Aucas, porque es un equipo de arraigo popular.
¿Nos puede relatar ese famoso encuentro presidencial con el expresidente estadounidense George H. Bush para jugar tenis?
En el aspecto político, usted inició a muy temprana edad. ¿Fue a los 27 años de edad?
No. No cumplía aún los 25 que establecía la Constitución para poder ser diputado. Entonces, yo me dejé un bigotazo para poder aparentar más edad. Llegué al Congreso cuando me faltaban tres meses para cumplir 25 años, con el Partido Liberar. Yo era socialista democrático.

El golpe de Estado militar del 11 de julio de 1963 interrumpió sus labores como diputado. De allí se dedicó a la docencia en la Universidad Central del Ecuador en Ciencias Políticas… ¿extraña enseñar?
Sí. Yo fui un profesor muy joven en la Central. Poco después de graduarme como doctor en Jurisprudencia, el rector Alfredo Pérez Guerrero quería conversar conmigo. Era para proponerme ser profesor de Ciencias Políticas. Le acepté encantado, porque yo quería desarrollar por mis ambiciones políticas la oratoria.
También tuvo roces con el periodismo, ¿qué recuerda de ello?
¿Y qué lee actualmente?
-Mis lecturas son sobre historia, geografía, Ciencia Política, Derecho Político, todo lo que me permita ir ampliando las 60 mil páginas de mi enciclopedia. Todos los temas me atraen.

¿Sigue usted vinculado a la Academia Ecuatoriana de la Lengua?
-Sí, me honraron con esa membresía. Las reuniones ahora son por internet, no son personales como eran antes.
¿Se acostumbró a las redes sociales?
-No mucho, porque tengo contactos personales aún con mi familia. Pero no me llaman la atención las redes sociales.
¿Se mantiene en contacto con otros exmandatarios?
-Con Oswaldo (Hurtado) nos hemos encontrado en actos públicos, pero no tenemos una amistad, con Lucio (Gutiérrez) no he sido amigo. Con (Alfredo) Palacios tenemos amistad. También con León Roldós.