La Casa-Museo del poeta, artista y filósofo ruso Maximilián Voloshin en Koktebel, ubicada en Crimea (península disputada entre Rusia y Ucrania), realiza un regalo audiovisual a los seguidores de este gran intelectual (1877-1932).
De primera mano, se puede disfrutar de un particular recorrido por la vida personal y creativa del destacado representante del ‘Siglo de Plata’ de la poesía rusa. Koktebel fue la locación que inspiró la mayor parte de este artista.

Voloshin fue un viajero inagotable. Fascinado por conocer diferentes culturales, los rusos y sus lectores lo consideran un descubridor literario de muchas partes del mundo.
Él fue uno de los primeros rusos que en 1901 visitó el poco conocido en ese tiempo Principado de Andorra. Sus impresiones tras visitar esta nación y conocer su belleza natural fueron plasmadas en forma de notas, bosquejos y poemas, recopilados en 2017 en el libro ‘Andorra y el Poeta’.
Las bellas artes de Voloshin se conocen, desafortunadamente, no mucho. Se sabe que fue un reconocido acuarelista. Trabajó con tempera sobre cartón, pero con el estallido de la Primera Guerra Mundial comenzó a trabajar exclusivamente en acuarela.
Mira el video en Youtube: Maximilián Voloshin – “Caminante por los Universos”
En tiempos de guerra, cuando cualquier artista que hacía bocetos de la naturaleza podía ser sospechoso de espionaje, la técnica de la acuarela era perfecta para Voloshin. El acuarelista trabajó principalmente en un escritorio en su domicilio temporal, y no en exteriores.
Allá por 1904, en uno de sus artículos para la revista ‘Balance’, Voloshin dijo que las obras de arte deben ante todo decorar nuestra vida cotidiana y que los grandes óleos que fueron relevantes en los magníficos palacios del Renacimiento, ya eran demasiado pesados y engorrosos para las paredes de edificios modernos.
De esta forma, el también pintor se decidió en trabajar en acuarelas de formato compacto.
Durante los años de revoluciones y guerra civil de la Rusia soviética, Voloshin se negó a emigrar y permaneció en su casa en Crimea.
No tenía a nadie de quien escapar ni a dónde ir. Rechazando toda violencia, apreciando la vida humana por encima de todo, acogió más de una vez a fugitivos que se encontraban en peligro de muerte, independientemente del campo político al que pertenecieran.

Bajo el dominio soviético, Voloshin se mantuvo en casa y se dedicó a la protección de sus valores artísticos y culturales. Sin embargo, todas las posibilidades de publicaciones impresas de sus obras estuvieron completamente cerradas entre 1928 y 1961.
Para los expertos, la poesía de Voloshin contiene numerosas reflexiones filosóficas, a su vez; pintorescos, llenos de epítetos brillantes, donde relata en sus prosas parte de la historia de su país.
Poema de Maximilián Voloshin:
‘A la hora equivocada te conocí …’
Te conocí a la hora equivocada
Y no pude escapar de ti
La roca nos ha marcado con un estigma
Condenado una destrucción.
Y, sin resistir el antiguo poder,
¿Qué nos llevó a un anhelo?
Exponiendo sumisamente sus cuerpos,
Hemos creado un rito de amor.
El sacerdote no creía en el milagro de la muerte,
Y la víctima del misterio no tuvo miedo,
Y el vino no se convirtió en sangre
En la oscuridad de corazones blasfemos
1910 – (Traducido del ruso)