Los paisajes inhóspitos de En Tassili n’ajjer en Argelia conservan las pinturas rupestres más antiguas que existen en todo el planeta. Sus cuevas guardan recuerdos de un Sahara verde y lleno de vida. En el siguiente artículo, descubra qué figuras plasmaron los habitantes del norte de África de hace 10 mil años, muchas de ellas, misteriosas.
El Parque Nacional Tassili n’Ajjer de Argelia fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad en 1982 debido a sus formaciones geológicas y los dibujos rupestres prehistóricos hallados en sus numerosas cuevas.
En la lengua de los pueblos nómadas tuareg, Tassili n’Ajjer significa ‘Meseta de ríos’, ya que esta zona está atravesada por wadis, a través de los cuales fluía el agua hace miles de años y que ahora son lechos de ríos secos.
La erosión del área ha generado unos 300 arcos de roca, así como numerosas otras formaciones. En ellas, hay más de 15 mil pinturas y grabados, pero la cifra real de dibujos es difícil de estimar.
Tassili n’Ajjer es un parque nacional ubicado en una en el sureste de Argelia y forma parte del desierto del Sahara. El área cubre una superficie de 500 kilómetros cuadrados.
Cabezas redondas
Las famosas pinturas rupestres de Tassili n’Ajjer se dividen en una serie de estilos que forman una secuencia cronológica. Algunas de las primeras, conocidas como Cabezas redondas, están seguidas por pinturas naturalistas denominadas bovidianas, que muestran numerosas escenas con ganado y pastores con arcos.
“Las representaciones del período de las Cabezas Redondas evocan posibles prácticas mágico-religiosas de unos 10 mil años de antigüedad, mientras que las del Período Ganadero representan la vida cotidiana y social, y se encuentran entre las más famosas del arte parietal prehistórico. Tienen un realismo estético naturalista”, señala la página web oficial de la Unesco.
El período de estos petroglifos se extiende desde el 10.000 hasta el 6.000 a. C. Estas expresiones artísticas cubren casi todo el cinturón del norte de África.
En muchas de ellas se muestran individuos de piel oscura junto a otros de color claro con cabeza de ave, como los egipcios. Los de Cabezas redondas (6.000 al 5.000 a.C) llevan una ropa enigmática y parecen mucho más altos que otras figuras en una misma escena. En este período las figuras se enriquecen con colores naturales obtenidos de la tierra.






Henri Lhote las descubrió
Quien descubrió las pinturas, el arqueólogo y explorador francés Henri Lhote (1903-1991), bautizó en 1933 a una de las pinturas como El gran dios marciano, por su apariencia inusual.
El youtuber español ‘RaúlVz’ relata parte de las investigaciones que se realizaron en varias áreas.
“Fue el comienzo de una larga aventura para Lhote, quien viajó al área en diferentes ocasiones, clasificando una a una los diferentes detalles de aquellas pinturas rupestres. Una labor que ocupó mucho de su tiempo durante más de dos décadas”, refiere RaúlVz.
Vea el siguiente video:
Bovidiano
El segundo período de estas pinturas antiguas se llama Bovidiano (5.000 al 1800 a.C), que se caracteriza por representaciones elegantes, pintadas con colores vivos.
Estos artistas utilizaron un estilo notablemente naturalista para representar también el ganado doméstico y los animales salvajes, incluido el búfalo gigante ahora extinto.
Hay otras especies representadas en cuevas, entre ellas se encuentran jirafas, avestruces, elefantes, caimanes y hasta hipopótamos.
¿Qué es el arte rupestre?
Las pinturas rupestres se plasmaban sobre roca natural con el uso de carbón, óxidos, sangre o cebo, en tonos rojizos u ocre. Sin embargo, en las pinturas rupestres de Tassili n’Ajjer se utilizaron varios colores, lo que las hace aún más especiales para la historia.
Estas pinturas también parecen reflejar un patrón de ocupación en las cuevas con diferentes actividades realizadas en períodos históricos específicos. Por ejemplo: caza y pesca alrededor del 7. 000 a. C., cría de animales alrededor del 4.000 a. C. y domesticación de caballos alrededor del 1.500 a. C.
