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‘Un país bañado en sangre’, otro libro impactante de Paul Auster

La compra libre de fusiles y pistolas en Estados Unidos, donde hay más armas que habitantes, entró en un debate público que se extiende por todo el mundo. Paul Auster revela una escalofriante estadística en ‘Un país bañado en sangre.

Autor de las mejores novelas del Nueva York sórdido, Paul Auster regresa a los libros este año con ‘Un país bañado en sangre’, Editorial Planeta 2023, un relato con hechos históricos reales y con una posición firme acerca de la libertad y facilidad de las personas para comprar armas en Estados Unidos.

Es original en Auster porque presenta como coautor a Spencer Ostrander (Seattle 1984), un fotógrafo que muestra en este libro imágenes de decenas de sedes de todas las masacres ocurridas en iglesias, colegios, restaurantes, lavadoras de carros, etcétera.

Durante dos años Ostrander fotografió los lugares donde se produjeron 30 tiroteos que dejaron una secuela de muerte, heridos y destrucción. Cabe anotar que en las imágenes no hay personas y todo es desolación.

El libro es también un ensayo, porque Paul Auster evidencia los dramas, incluso personales, de lo que ha significado para Estados Unidos la venta libre de armamento y constata que existen más armas que habitantes.

Paul Auster

Estadística cruel

Aporta datos impresionantes que permiten entender la dimensión de este fenómeno que, en el debate, divide a la sociedad estadounidense: cada día mueren en promedio 100 personas por causa del uso indiscriminado de armas de fuego.

En total, en los últimos 10 años, se han registrado 228 episodios de violencia armada en colegios y universidades a lo largo y ancho del país, sostiene el autor.

La historia sirve para entender el presente y Auster habla del conflicto armado contra la población nativa, menciona asimismo a los siglos de esclavitud que vivió Estados Unidos antes de aterrizar en los tiroteos masivos de las décadas más recientes.

Cuando se habla de tiroteos y de disparos solo se menciona a los muertos, pero no se dice nada de los que han sobrevivido a las balas y viven con el codo hecho añicos, la rodilla pulverizada, el rostro destrozado y recompuesto con cirugía plástica.

Mientras que en países como Francia, Noruega o Canadá una riña en un bar termina con narices ensangrentadas y mandíbulas doloridas, en Estados Unidos cualquier incidente arroja muertos y heridos de bala.

El 82% de las muertes por armas de fuego en el mundo ocurren en Estados Unidos. ¿Por qué es tan diferente este país, y qué nos convierte en el más violento del mundo occidental? se pregunta el autor de ‘La trilogía de Nueva York’ o de ‘La noche del oráculo’.

Otra estadística que el autor atribuye al Philadelphia Research Institute sostiene que en la actualidad hay 393 millones de armas de fuego en poder de residentes en Estados Unidos. Según datos actualizados al año 2023 la población actual en ese país es de 338,3 millones.

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La relación armas-automóviles

Y continúan los datos: cada año unos cuarenta mil estadounidenses mueren por heridas de armas de fuego, lo que equivale al número de muertes causadas por accidentes de tránsito en las carreteras y autovías de Estados Unidos.

No hay que llamarse a engaños, escribe Paul Auster, los automóviles no son muy diferentes de las armas de fuego; un fusil automático de largo alcance y un Chevy de dos mil kilos que circule por la autovía a 120 o 140 kilómetros por hora son instrumentos igualmente letales.

El autor de Leviatán insiste que automóviles y armas de fuego son los dos pilares de “nuestra mitología nacional más profunda, porque el coche y la pistola o el fusil representan, cada uno por su cuenta, una idea de libertad y autonomía individual”.

Los dos elementos más apreciados de las películas norteamericanas son desde hace mucho el tiroteo y la persecución de coches. Decimos accidental a una muerte en el tránsito, pero las que se producen por armas de fuego las llamamos intencionada.

Debate con mucha historia

El control de armas o las prohibiciones sobre la posesión forman parte de la vida norteamericana desde el siglo XVII. En Carolina del Sur y en Virginia se pueden comprar en la calle por un precio entre 300 y 1.000 dólares.

Paul Auster denomina “epidemia de matanzas” y concluye que la ambición de muchos de los asesinos jóvenes consiste en superar el total de víctimas alcanzadas por sus predecesores, batir un récord y conquistar la fama y la eterna gloria criminal.

Unas reflexiones finales de Auster que sirven para este debate que se repite en muchos países, incluido el nuestro: Si el problema consiste en que hay demasiados malhechores con armas ¿no sería más sensato despojarlos de ellas en vez de dárselas a los denominados hombres de bien (…) y así eliminar el problema de raíz?

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