Nueva Orleans, en el estado de Luisiana, está considerada la meca de la coctelería estadounidense. Los cocteles hacen honor a la ciudad del jazz con combinaciones únicas. Una de ellas es el Ramos Gin Fizz, creado en 1888, por Henry Charles Ramos, con una receta que se mantuvo en secreto por casi 40 años a base de gin, leche, clara de huevo, jugo de limón, agua de azahar, entre otros ingredientes.
Otra mezcla emblemática es el Sazerac, con whisky de centeno, bourbon y/o coñac y característicos amargos aromáticos Peychaud (fórmula medicinal del farmacéutico Antoine Amadie Peychaud).
Nueva York es la reina del coctel Manhattan, la combinación de whisky, vermú y la aceituna decorativa. Su creación, en 1874, se atribuye a Jennie Jerome, la madre de Winston Churchill, que la sirvió en una fiesta de su padre en el club Manhattan de Nueva York.
No menos conocido es el Cosmopolitan de vodka y arándanos, cuyo rastro nos lleva hasta los bares de Manhattan, San Francisco o Florida. Este coctel alcanzó popularidad gracias a las protagonistas de la serie televisiva Sexo en Nueva York.
Un clásico que no requiere presentación es el Tom Collins de ginebra, limón y azúcar, que en Londres suele adjudicarse al talento del barman John Collins.
Por otro lado, al vodka y jugo de tomate del Bloody Mary le rodean versiones en diferentes sitios y la más aceptada se atribuye al barman Fernand Petiot del Harry’s New York Bar de París.
Aunque es muy larga la referencia y disputa por la inventiva del Negroni con Campari, vermú y ginebra; se cree que fue muy popular a principios del siglo XX en el norte de Italia y es un aperitivo de rigor en Milán.




¿Qué tal un margarita? Este coctel no tiene origen certero, pero es motivo de orgullo para los mexicanos, pues con este trago se abrieron las puertas internacionales al tequila.
“La verdadera historia del Margarita sigue siendo un misterio”, afirma la Academia Mexicana del Tequila al indicar probables orígenes en el territorio mexicano: Acapulco (1948), Ciudad Juárez (1942), Rosarito (1938) y Puebla (1936). Otra teoría es que surgió en Beverly Hills, California.
Con sabor tropical, la piña colada entra en la lista de los cocteles reconocidos. Está claro que es puertorriqueña, pero no si fue en el hotel Caribe Hilton o en el restaurante Barrachina, ambos en San Juan, la capital de la isla caribeña.
Ahora vamos a La Habana. Dos cocteles son su carta de presentación. El primero de ellos es El Mojito (ron, azúcar, jugo de limón, menta o hierbabuena, agua con gas y hielo) . Este es el número uno en la barra de La Bodeguita del Medio, en el centro colonial habanero.
El segundo m{as ic{onico de La Hanbana es El Daiquirí (ron blanco, jugo de limón, marrasquino y hielo frappe). Fue bautizado con el nombre de una playa y de una antigua mina de hierro cercanas a la ciudad de Santiago de Cuba, en el extremo oriental de la isal. Alcanzó renombre en el restaurante habanero El Floridita: “la cuna del Daiquirí”.
El escritor estadounidense Ernest Hemingway inmortalizó los dos cocteles cubanos con su célebre frase: “mi Daiquirí en El Floridita y mi Mojito en La Bodeguita”.
La caipiriña traspasó las fronteras de Brasil. La bebida más popular en el país sudamericano se prepara con cachaza (aguardiente local) y se origina en el estado de São Paulo. Hay múltiples variaciones que utilizan diferentes frutas.
En el siguiente video, el youtuber ‘Raúl Bartender’ enseña a preparar una deliciosa caipiriña, con algunos datos históricos del origen de esta bebida:
La creatividad detrás de la barra también nos lleva a Asia, de donde es el coctel Singapore Sling. Este se preparó y bebió por primera vez en el Long Bar del hotel Raffles de Singapur.
El barman Ngiam Tong Boon lo creó en 1915 a base de ginebra, licor de cereza, Cointreau, Bénédictine, jugo de piña y de lima, granadina y angostura (semilla aromática).