Si no hubiese tenido que escribir sobre ella, quizás me la pasaba. La cinta ‘Not Okay,’ producción original de Hulu pero también disponible en Star+, no da una buena primera impresión.
El afiche muestra a la actriz Zoey Deutch muy bien maquillada y cool pero con lágrimas dibujadas cayendo de sus ojos cerrados.
A uno, claro, se le activa el prejuicio. ¿Me interesa saber por qué está llorando? La verdad, no sé si me interesa tanto. Hay prioridades, digamos. Cosas más urgentes.
Y está también un tipo de prejuicio que no es mío, pero me sirve para librarme de ciertos temas y ciertas conversaciones, el prejuicio más woke y contemporáneo, otra pregunta, ¿quiero saber por qué esta chica tan joven y tan bella y tan blanca y tan bien peinada está llorando?, ¿dejará de llorar si veo la película?
No es un tema racial, he visto millones de películas solo porque sus protagonistas o intereses amorosos son precisamente chicas jóvenes, bellas, blancas y bien peinadas. A mí lo que me da pereza es aburrirme con una tragedia que no sea tan trágica.
Dicho esto, ‘Not Okay’ entrega más de lo que promete.
La chica está llorando porque cometió un error, un error grave, gravísimo en estos tiempos que corren: fingió, en Instagram, un viaje a Paris, y luego, al enterarse de que su supuesto viaje había coincidido con un muy real ataque terrorista a la capital francesa, siguió con la mentira, fingió ser una de las víctimas, escribió un artículo testimonial para la revista online en la que trabaja, se volvió una celebridad en redes y, cuando por fin fue descubierta y confesó, el mundo al que había conquistado la expulsó de sus entrañas para siempre jamás.
Su madre terminará diciéndole, en un momento muy siglo XXI, pero también retro y conservador: ¿cómo vas a conseguir trabajo después de esto?, ¿cómo vas a conseguir un esposo después de esto?
Tragedias contemporáneas
Digámoslo de una vez para salir de ello y ya no tener que decirlo: ‘Not Okay’ está escrita y filmada en tono ligero, hasta superficial, pero el tema me sigue pareciendo duro.
Venimos viendo, y veremos muchas más, cintas sobre tragedias contemporáneas, melodramas que tienen que ver con personajes primero incinerados en redes sociales y segundo desterrados de ellas, lo cual parece ser peor que una muerte real (quizás porque las muertes reales nos interesan menos).
Pero a estas alturas del partido sabemos que esas historias y traumas que en un primer momento parecían novelerías, son asuntos para tomarse muy en serio.
‘Not Okay’, guión y dirección de la newyorkina Quinn Shephard, que hace un cameo en el que dice “asumiste que eras la chica blanca protagonista de todo”, se da tiempo para delinear una época flashosa, para mostrar anuncios de CBD en farmacias mientras la chica joven y bella traga una pastilla-del-día-después con Coca Cola de dieta, todo esto medio en broma y medio en serio, pero también se mete en conversaciones importantes.
Porque sí, la gente que pasa por experiencias traumáticas y decide dar testimonio se arriesga a la celebridad, a convertirse en la bandera de una causa que pierde seriedad al popularizarse, a pasar de vocera de los más débiles a rostro oficial de eventos y bebidas y etiquetas que harán lo imposible por ser tendencia cinco minutos más.
En eso, aunque lo tome con ligereza, ‘Not Okay’ no se equivoca.
Ahora, que todos tenemos cámaras en los bolsillos, que más fotos nos sacamos y que optamos por registrar y compartir lo que ya no tiene sentido llamar privado, la gente más joven se desespera por obtener un rol principal y confirmar su existencia midiendo reacciones y leyendo comentarios de otros.
¿Cualquier cosa por un like? La misma pregunta suena ya bastante vieja y bastante respondida.