Activismo sobre acuarela, cerámica, videoarte e instalación. Milka Segovia (Quito, 1999) es una artista visual preocupada por la fauna y flora vulnerable ante el extractivismo y otras intromisiones humanas en la naturaleza.
La acuarela como una reflexión. El videoarte como un mensaje exterior. La instalación de acrílicos con grabado láser como una forma de cuestionar la acumulación del capital sobre la sostenibilidad ambiental.
La artista ecuatoriana alza la voz a favor de animales marinos, que no tienen forma de protestar o hacer reclamos.
‘Palangre, tensiones territoriales y extractivismo en las Islas Galápagos’ fue su primera gran exposición individual que se realizó en la N24 Galería durante septiembre de 2022 en Quito.
Milka Segovia es ganadora del Premio 570 Arte Emergente, otorgado por la carrera de Artes Visuales de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
En el siguiente video, Milka Segovia explica su inclinación de combinar las artes visuales y los temas medioambientales. Una preocupación que ha tenido desde niña:
Desde su infancia, Milka tuvo el apego de “crear cosas” artísticas para su familia. Desde la adolescencia coquetea también con la música. Toca el violín y suele cantar. En un punto de su vida quiso ser zoóloga, pero se decidió por las artes.
Parte de sus grandes influencias ecuatorianas son Manuela Ribadeneira o Adrián Balseca. Ellos también incluyen mensajes medioambientales en sus obras. “Fueron mis precursores e inspiración en mi creación”, agrega Milka.
Su exposición ‘Palangre’ forma parte de su tesis para graduarse como artista visual de la PUCE.
Desde que comenzó esta carrera profesional, su concepto del arte ha tomado diferentes formas. La hizo una nueva persona, pasando desde la escultura, las artes plásticas y la tecnología. Un desafío hacia lo contemporáneo.
La exposición presentó piezas de diferentes formatos que propusieron rescatar del olvido mediático una problemática anual en torno a la explotación del hombre hacia los océanos. Un mensaje contundente para despertar de un letargo colectivo al que estamos sujetos, mayormente, los residentes del Ecuador continental.
Su pieza titulada ‘Intersecciones Ambivalentes’ consta de numerosas placas en forma de semicírculo hechos en acrílicos grabados con láser, que detallan las rutas de buques asiáticos cerca de las fronteras marítimas de Galápagos, registradas entre 2012 y 2020 por la herramienta satelital Global Fishing Watch.


Uno de los últimos reportes de amenazas de barcos de pesca ilegales asiáticos hacia las fronteras de la Zona Económica Exclusiva insular de Ecuador se registró durante junio de 2022. Una preocupación constante para las autoridades ecuatorianas y grupos medioambientalistas.
“Quiero regresar a Galápagos porque esto va a ser mucho más grande. Empezamos con esta exposición pero pienso que puede seguir escalando. Hay mucho de qué hablar y también sobre lo que se esconde en Galápagos y que está afectando incluso a nuestros pescadores allí”, explica.
El tiempo de confinamiento por la pandemia de covid-19 fue aprovechado por Milka Segovia para recopilar información y colaborar junto a colectivos ambientalistas.
Ella también investiga sobre los derrames petroleros en el oriente ecuatoriano y cómo ha afectado a poblaciones indígenas.