De las artes plásticas a la exploración lumínica y las fronteras de las artes visuales. Entre esas líneas creativas se halla el trabajo del ecuatoriano Miguel Ángel Murgueytio (Quito, 24 febrero 1992). Un artista ‘New Media’. De esos que entrelazan los límites entre la experiencia visual, sonora y sensorial.
En los últimos cinco años, se ha destacado en la escena del arte tecnológico a través de sus llamativas instalaciones. Figuras geométricas que proyectan discursos o interactúan con el público presente.
Lejos de las galerías de arte o centros culturales, otros sentidos se activan al presenciar alguna de sus obras visuales en grandes espacios abiertos.
En entrevista para Revista Mundo Diners, Murgueytio cuenta su transición desde lo pictórico a lo lumínico, el proceso creativo que le lleva al actual uso de proyecciones y láser sobre enormes paredes y cómo convergen lenguajes visuales con colegas y músicos.
De familia llena de profesionales de la medicina y otras profesiones comunes, Miguel Ángel Murgueytio rompe el molde al ser el único artista en su estilo en su hogar. De pequeño asistió a cursos y concursos escolares de dibujo. Su interés proviene desde el arte plástico y una de sus más grandes influencias pictóricas viene del pintor español Diego Velázquez (1599-1660).
Unos seis meses en la Academia de Arte Leonardo Da Vinci afilaron sus destrezas en pintura, previo a su entrada a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador para cursar la carrera de Artes Visuales.
Allí expandió su conocimiento sobre fotografía, animación digital, video y programación web. Durante su época universitaria, empieza a combinar el grabado con la fotografía, experimentar con proyecciones de mapping y otros elementos tecnológicos e interactivos. De forma autodidacta, descubre otras fronteras.
Al finalizar sus estudios en 2015 obtiene luego una maestría en Creación Multimedia en Barcelona, España. Entre sus principales recursos se incluyen proyectores de luz, láser, pantallas y tubos píxel LED.
Actualmente, él siempre busca llevar una experiencia sensorial hacia el público o espectador de sus obras. Por ejemplo, en su trabajo titulado ‘Geophagia’ (2022) lleva a la audiencia a sentir texturas terrenales a través de la luz. Observa de una forma diferente sobre las rocas y sus minerales.
“Las luces están encima de la gente y se generan varias texturas, con un diseño sonoro específico. Fue una experiencia inmersiva en colaboración con el artista ecuatoriano Aquiles Jarrín”, cuenta el artista.
Por otro lado, su trabajo titulado ‘Spectral Ellipsis’ desata energías concentradas desde un punto de luz. Con ello, desafía la percepción de continuidad espacial y temporal.
Una oportunidad con el Cirque Du Soleil
A mediados de 2016, el artista ecuatoriano participa en el festival de artes visuales llamado ‘MIRA Digital Arts Festival Barcelona’. Un taller creativo lo lleva a conectar con el gestor local G, quien lo lleva a participar en la propuesta ‘Heart & Cirque du Soleil’ en Ibiza.
“Fue un proyecto a gran escala, con gran demanda, la colaboración fue muy interesante. Generamos una experiencia con diferentes sensaciones, con gastronomía, música, danza, proyecciones. Muy multisensorial. Ahí conocí todo el trabajo con mapping a gran escala y en colaboración”, recuerda.

A la par, une su propuesta con música de agrupaciones ecuatorianas, entre ellas: Miel, Sudakaya, con Humano, Alkaloides y Taita Machine.
El proceso creativo se inicia desde el concepto musical de la banda. Murgueytio absorbe las canciones y construye las instalaciones visuales, específicamente incluso para cada canción. Su pasión es ‘tocar en vivo’ sus proyecciones de luces junto a la agrupación musical.
En el siguiente video, se muestra su trabajo con la agrupación ecuatoriana Alkaloides:
El diálogo con su público es vital. La búsqueda continua de espacios en conciertos, festivales, obras de teatro y galerías es un motivo para abrir con mayor fuerza el mercado artístico en el campo visual. Desde la docencia, comparte sus conocimientos con clases de programación en la Universidad San Francisco de Quito.
“La gente acepta estas experiencias porque son completas, que llegan a todos los sentidos. Yo apuesto por ese lado, con el uso de diferentes tecnologías. No me defino en una sola línea, sino que exploro con las diferentes cosas de las tecnologías”, concluye.
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