Charles Dickens y Mark Twain fueron las primeras influencias literarias del escritor colombiano Marco Robayo (Bogotá, 22 octubre 1961). Desde joven marcó inconscientemente su destino para dividir su vida entre el ejercicio empresarial y el de escritor. Este segundo oficio, con mayor ahínco y pasión.
Sus más recientes obras: ‘El Gran Genocidio’ y ‘Piel de ébano’ invitan a los lectores a repensar la historia colonial indígena americana. La primera novela recuerda bajo hechos reales la resistencia indígena desde 1492 y la segunda mezcla historia e investigación sobre la sociedad en Cartagena de Indias del siglo XVIII, con matices de romance, esclavitud, el concepto de la libertad y relatos particulares.

En entrevista para revista Mundo Diners, Marco Robayo comentó desde su domicilio en Dallas, Texas (EE.UU.) sobre etapas de su vida, sus novelas y su visita al Ecuador en el mes de septiembre de 2021, para participar en la Feria Internacional del Libro en Quito.
¿Cómo fue su acercamiento desde niño a la literatura? ¿Cómo lo descubrió?
-Fue algo bien particular. Desde joven, siempre me ha gustado la lectura. Recuerdo en tercer grado, el maestro nos llamó después de las vacaciones de mitad de año y nos invitó a que escribiéramos sobre nuestras vacaciones.
Comencé a escribir sin darme cuenta que los demás compañeros solo escribieron tres renglones no más, de tres líneas. Yo llené tres páginas completas. Mi profesor se quedó pasmado y preguntó: “¿a dónde fuiste, le diste la vuelta al mundo?” y le dije: “No profesor, yo fui el único del curso que no viajó”.
El profesor me comentó en ese momento que yo debería explotar porque se me daba mucho el escribir. Ese fue mi primer paso.
Luego en la adolescencia, ¿cómo maduró esta faceta del escribir? ¿Sobre qué escribía?
articipé en concursos. Eran relatos y ensayos que escribía en el colegio (Bogotá). En sexto grado nos invitaron a un concurso de cuentos, yo participé con un libro, con algo de ficción, no recuerdo el nombre, relacionado a extraterrestres (risas). Lo hice con dos amigos más, no me encargué de la parte de redacción (…) sacamos 10 puntos.
A medida que fui creciendo, conocí autores que me marcaron bastante como Frederick Forsyth, Emily Brontë y Julio Verne, a quien admiro bastante por toda la forma como él escribía los escenarios y arcos de personajes. A la edad de 17 años, ya había leído más de 500 libros, ahora mi biblioteca tiene unos 2.500. No pensaba en un futuro escribir. A nivel latinoamericano me marcaron Ernesto Sábato, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Isabel Allende.
Su primera novela ‘El Laberinto Blanco’, ¿de qué trató particularmente y en qué se inspiró?
-Tiene que ver con el desarrollo del narcotráfico, por allá en 1984. Todavía Pablo Escobar no sobava mucho. Es el fundamento de lo que se vivía en Villavicencio, ciudad del suroriente colombiano y desde donde salía mucha droga hacia Italia y EE.UU. Comencé a investigar sobre ese tema. Es un libro basado en la realidad y un poco de ficción.
¿En cuáles géneros literarios le gusta desenvolverse?
-Fue novela negra la primera que escribí, y es la única que he escrito en ese género. La novela urbana vino después con ‘Scarlett, Esencia divina del Deseo’ (2015) y ‘Transmigración’ (2015) pero es en la novela siguiente ‘El Gran Genocidio’ hago mi ingreso a la novela histórica que cambio de nuevo a novela urbana con ‘Una vida para Steven’ (2019) y vuelvo con ‘Piel de ébano’ (2021) con novela histórica. Yo me muevo en esos dos géneros.
¿Qué le motivó a escribir ‘El Gran Genocidio’? Ver el video para la respuesta
En ‘Piel de ébano’ repites la fórmula de novela histórica pero en un universo más definido, en Cartagena de Indias, pleno siglo XVIII, ¿con qué se encuentran los lectores en esta historia?
-Se enmarca en alrededor de 1795.Una mulata se hace presente y nos cuenta la historia desde su punto de vista. La historia desde los Virreinatos nos llega por medio de los escribanos que los aristócratas de la época imponían. Pero qué interesante sería ver la narrativa desde el peldaño inferior de la época: la mujer o la mulata, la mujer de color.
El término mulato era peyorativo, era una forma despectiva de tratar a la gente. Había gente que prefería ser negro. Por eso se llama ‘Piel de ébano’ la novela. La mulata Manuela, personaje principal, comienza a buscar a su padre, que es un hombre blanco. Luego se desarrollan eventos donde miembros del Virreinato caen por malos negocios, todo enmarcado bajo una Cartagena real. No todo es ficción, todos son personajes reales de la época.
En el marco del último año y medio, ¿el tiempo de pandemia fue de provecho literario?
-En los días que tuve de aprovechamiento (en paralelo al trabajo empresarial) he escrito durante la pandemia dos libros más y corregí uno que vamos a sacar con la editorial Planeta, eso fue lo que hice.
¿Puede recomendar algún libro a nuestros lectores para que conozcan sus gustos literarios?
– Hay un libro que estuve leyendo y con el que estuve documentándome que se llama – Hay un libro que estuve leyendo y con el que estuve documentándome que se llama ‘Lord Jim’, para un texto mío que se llama ‘La Casa del Galeón’. Hay un libro de una escritora norteamericana que tiene que ver con el tesoro del Galeón, también me parece que me ha aportado bastante.
¿Ya trabaja en otra próxima obra?
-Ahorita estoy concentrado en uno que se llama ‘Aleluya’. No tiene nada que ver con r-Ahorita estoy concentrado en uno que se llama ‘Aleluya’. No tiene nada que ver con religión, sino más bien con la Inquisición, que hace énfasis a la persecución a la mujer y a las que eran tildadas de brujas o hechiceras en el siglo XVII.
Se espera su visita en septiembre próximo a Quito…
Sí, será el lanzamiento de ‘Piel de ébano’, donde nos acompañará el escritor (ecuatoriano) Raúl Vallejo, durante la Feria Internacional del Libro.
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