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Luis Alberto Castro, un director musical con nueva casa

Más de 22 años con el corno francés bajo su brazo, innumerables proyectos de dirección musical en todo el mundo, composiciones originales y cinco años en Ecuador. Luis Alberto Castro (17 junio 1980 – San Cristóbal, Venezuela) llega a la Casa de la Música como su nuevo director musical.

Tras su larga estadía como miembro de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela desde 2005 a 2015, grabaciones con el sello alemán Deutsche Grammophon y cuatro años vinculado a la Fundación Teatro Nacional Sucre, el músico venezolano se muestra entusiasmado por brindar su vasta experiencia al servicio de otra prestigiosa institución en Quito.

En entrevista para Revista Mundo Diners, Luis Alberto Castro se describe como director, compositor y pedagogo musical.



De padre agricultor y madre periodista, Luis recuerda que siempre existió una vena musical en la familia. Su padre toca el acordeón y algunos tíos la guitarra. De pequeño participó en ‘Las Voces Blancas del Táchira’, un grupo coral del que fue miembro entre los 10 y 15 años de edad.

Su primer acercamiento con el reconocido mundialmente Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela (El Sistema) llegó pronto. Por el año 1996, esa orquesta empieza a realizar giras internacionales. Alguien le recomendó tocar primeramente el fagot. Por alguna razón no se dio.

Poco tiempo después, un colega le aconsejó estudiar el corno francés, debido a los cupos existentes en el Sistema. A punto de cumplir 17 años se enrumbó a partir de aquí a dedicar el resto de su vida a este instrumento.

Su primer concierto de temporada con un corno en mano le marcó de por vida: se bloqueó emocionalmente y no pudo tocar. Con una gran pena no pudo actuar en vivo. Eso sí, se prometió a sí mismo a mejorar como músico desde ese entonces.

Esa experiencia de aprendizaje le llevó a construir su propia disciplina de practicar con el corno francés unas ocho horas diarias y, posteriormente; convertirse un referente en las orquestas juveniles locales.

En el siguiente video, Luis Alberto explica su relación de más de 22 años con el corno francés, un instrumento que lo describe como “muy complejo” para interpretar a sus autores favoritos, entre ellos Johann Strauss, Gustav Mahler, Ígor Stravinsky y Ludwig Van Beethoven.



En el año 2000, durante sus clases de corno en el Conservatorio de Música Simón Bolívar, corre con suerte y consigue un puesto temporal en la orquesta nacional venezolana. Incluso, consigue la aprobación del reconocido maestro José Antonio Abreu.

Desde ese momento, comienza una meteórica carrera profesional como miembro de El Sistema, que lo lleva a unas 30 giras internacionales, que incluyeron países como Alemania, Francia, España, Corea del Sur, Japón, Rusia, Estados Unidos, Finlandia, Bélgica, Noruega y Austria. Sus más grandes referentes fueron su maestro venezolano José Antonio Abreu y el cornista alemán Stephan Dohr, de la Orquesta Filarmónica de Berlín.

 “El maestro (Abreu) siempre nos supo inculcar como grupo hacia dónde teníamos que apuntar. Llegó un punto en que nosotros mismos nos decíamos que teníamos que ser los mejores”, recuerda Luis Alberto Castro.

En 2012, debuta como director frente a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Lo recuerda como un “momento tenso pero muy placentero”. Dirigir a sus colegas fue un reto. El respaldo del maestro Abreu fue vital para asumir ese desafío.



Su rol como director tomó mucha relevancia en su formación. Empezaron a llegar invitaciones a Colombia y Panamá para encuentros internacionales de cornistas o participación como jurado en festivales. A cada país que va, impulsa la participación de los más jóvenes, como parte de su pedagogía.

“Cuando voy a cualquier parte y me invitan a un proyecto musical, siempre pregunto por los grupos infantiles o juveniles con quien compartir. Esa fue la misión que nos dio el maestro Abreu. Fuimos responsables de llevar el mensaje musical y poner nuestros servicios a cualquier institución. Es una de las formas de retribuir a Venezuela también”.

A principios de 2015, recibe la invitación de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE) para ser parte, por algunos meses, del conjunto como director asociado; fue un punto definitivo para su carrera y para dejar su nido en El Sistema y aportar en otro país como Ecuador.

En paralelo, dirige el Coro Mixto de la Fundación Teatro Nacional Sucre (FTNS). Conoce al violinista japoés Tadashi Maeda, con quien entabla una gran amistad. “Fue un mentor y hermano de vida”, describe Luis Alberto sobre Maeda.

Regresa a Venezuela para otros proyectos de dirección musical. En julio de 2017 recibe otra propuesta de la OSNE de índole regional. A mediados de 2018 se vincula por cinco años con la FTNS para dirigir la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito y otros proyectos provinciales.

“Luis Humberto Salgado es un gran referente aquí. El ecuatoriano Jorge Oviedo ha escrito algunas obras maravillosas también. Hemos estrenado obras de Leonardo Cárdenas. De otro joven compositor Pablo Mora, de Guillo Estrella y Marcelo Ruano”, enumera el venezolano entre los compositores ecuatorianos que conoce.



Se declara como un director “muy abierto” a todas las propuestas musicales de distintos géneros que presenta la Casa de la Música. Sin dejar de lado su faceta pedagógica. Lo más importante es llevar la música “a su más alto nivel”, reitera.

Actualmente, Luis Alberto Castro trabaja en la programación de conciertos y presentaciones hasta mediados de 2023 en la institución, ubicada en el norte de Quito.

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