Un león moribundo, tallado en piedra, en memoria de una masacre. El ‘León de Lucerna’ impresiona a miles de turistas cada año en Suiza.
Dependiendo del punto de vista, puede verse como una conmemoración o una obra de arte. Sea como fuere, es un sitio obligado para visitar en la ciudad de Lucerna.
El ‘Monumento al León’ se ubica en una gruta rocosa de un parque central de esta ciudad europea.
Fue diseñado por Bertel Thorvaldsen, un famoso escultor danés que vivió entre los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, el hombre responsable de la talla real del monumento fue un albañil del sur de Alemania llamado Lucas Ahorn. La obra mide unos 10 metros de largo por seis metros de alto y se inauguró al público en 1821.


Pocos viajeros son conscientes de la trágica historia detrás de esta imponente obra.
Crisis en París
La escultura fue creada en honor a los guardias suizos que murieron en la insurreción popular francesa denominada Asalto de las Tullerías, en París en 1792.
La youtuber viajera Luana Cefalo cuenta en uno de sus videos su experiencia al visitar en agosto de 2020 el parque Gletschergarten (jardín glaciar), donde se encuentra el triste león.
“La persona que empezó a tallar el león en la pared fue el suizo Pankraz, quien a las pocas semanas, cayó del andamio y falleció. Por lo tanto, la terminó de tallar Lukas Ahorn (…) en la parte posterior de la obra hay una frase en latín, que quiere decir ‘a la lealtad y valentía de los suizos’. El monumento está al aire libre, con muchos árboles alrededor, bastantes banquitos y el acceso es gratuito”, relata Cefalo en su recorrido.
El 10 de agosto de 1792, unos mil guardias suizos protegían la vida del rey Luis XVI de Francia de forma incondicional. Los revolucionarios asaltaron la residencia del Rey que los suizos defendían, lo que llevó a la aniquilación de los guardias.
El número de bajas sufridas por la Guardia Suiza fue de 760, otros 350 sobrevivieron, así se detalla en las inscripciones conmemorativas que se ubican en la parte inferior de la gran pieza esculpida.
Uno de los guardias, que estaba de permiso en su casa de Lucerna ese fatídico día, era el oficial Karl Pfyffer von Altishofen. Pasó años pensando en la trágica pérdida de sus compañeros.
Años después, inició la creación de un monumento apropiado para los hombres caídos, proponiendo el lugar y recaudando fondos para este gran proyecto artístico.
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