Desde The Beatles, The Rolling Stones hasta Tchaikovsky, Bach y música ecuatoriana. Juan Posso Cordero (Quito, 17 diciembre 1982) creció con diversas influencias directas de sus padres Napoleón y Nancy. Ser músico fue una opción… y la tomó.
Este músico ecuatoriano comenzó a experimentar y a tocar bajo los géneros del metal y Hardcore, de forma muy empírica durante su adolescencia; girando con su banda Muscaria por toda Latinoamérica. Sacando música a punta de oídos con la guitarra. Algo inusual pasó.
Le entraron enormes curiosidades de ir más allá. Sintió que el rock duro tenía sus limitaciones. Por eso, decidió estudiar música clásica a sus 23 años de edad, que consideró (entre risas) tardío aunque en paralelo atinado a ese momento de su vida.
Tanto así, que sus primeros estudios en música clásica le llevaron a convertirse en el percusionista principal de la Banda Sinfónica Metropolitana de Quito. A la par, ganó el primer premio en el concurso ‘Mejor solista’ del año 2007 en el conservatorio Mozarte en Quito.
“Me sirvió de mucho que, como intérprete en esos seis años en la Sinfónica pude poner en práctica toda la teoría de la universidad”, recuerda.
Se confiesa seguidor de toda la vida de la música de las pioneras bandas de rock ecuatorianas Sal y Mileto, Descomunal y Toccata y Bulla.
Su coqueteo con el jazz cayó en romance una vez que ganó por dos ocasiones consecutivas el concurso ‘Jazz Envoys’, organizado por la Embajada de los Estados Unidos en Quito junto con la Universidad San Francisco de Quito. Esta oportunidad le sirvió para asistir a seminarios en la Universidad de Louisville y tocar en el Kennedy Center de Washington.
“En ese tiempo también me involucré con el Latin Jazz, luego a mis composiciones originales”.
Con un reconocimiento Magna Cum Laude por su maestría en Interpretación Contemporánea realizada en el Berklee College of Music de España, se dedicó de lleno a la percusión.
Se paseó entre la experimentación con timpani, marimba, vibráfonos, campanas tubulares, congas, timbales, batá y percusiones latinas.
“Son todo un lenguaje, son palabras pero en distintas formas. La batería fue a la que me dediqué más a pulir”.
En 2017 publica su primer EP llamado ‘Resiliencia’, en que fungió como el compositor y productor general. Sus colegas como el guitarrista francés JC Maillard y el saxofonista español Perico Sambeat alabaron este disco.
“Colaboraron el pianista Miguel Gallardo, el contrabajista Fernando Alvarado y Luis Alberto Sigüenza, un saxofonista guayaquileño”. La producción se realizó en Guayaquil.
En 2019 lanza su segunda producción ‘Ciclos’, que contiene seis temas grabados en una sesión en vivo, desde los Estudios Runa en el centro de Quito. Todas las canciones son instrumentales, y resuenan alrededor del jazz contemporáneo. Participaron el pianista cubano Rafael Guzmán y el contrabajista quiteño Giovanni Bermúdez.
“Cada una de estas canciones expresan sobre una etapa de mi vida. Trato de utilizar mi música para expresar ciertos eventos y expulsar ciertas emociones”.
La evolución desde Resiliencia a Ciclos consistió principalmente en la compenetración de la relación entre músicos y la disciplina en el proceso de grabación. No se considera el director general, sino que confía en la sinergia entre cada uno.
Para este artista, en cada producción discográfica se revuelven todos sus conocimientos académicos con su interior emotivo y sensorial.
Actualmente divide su tiempo entre ser docente de ejecución instrumental y arreglos musicales en la Universidad de las Artes y ser el líder de su banda Juan Posso Jazz Trío, donde lo acompañan Miguel Gallardo y Fernando Alvarado.
“Tuvimos mucha actividad con este trío este año, el 2022 entraremos a grabar el nuevo disco, donde todas las composiciones están listas, hemos hecho ensayos, y en enero empezaremos a trabajar en ese aspecto”, concluye Juan Posso.

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