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Los ‘Andes Ecuatoriales’ según Humboldt

El prusiano Alexander Von Humboldt (1769-1859) fue sin duda un gran explorador y científico. Vio la naturaleza como un todo unificado. Su enfoque era holístico y estaba completamente en contra del enfoque reduccionista de la ciencia.

En su rol como astrónomo y naturalista, Humboldt siempre abogó por la fusión del arte y la ciencia. Desde 1806, incluso desde antes de las investigaciones del naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882), Humboldt había mostrado sus trabajos en el ámbito científico.

El antropólogo ecuatoriano Segundo Moreno Yánez y el reconocido fotógrafo Jorge Anhalzer unen sus perspectivas en una nueva investigación para actualizar los conocimientos de Humboldt tras su estadía en territorios andinos hace 220 años.

El libro titulado ‘Humboldt y los Andes ecuatoriales. Estética y ciencia en las láminas referentes al Ecuador’ (USFQ Press 2022) recopila las láminas de Humboldt junto con fotografías panorámicas de Anhalzer. Moreno relata en 153 páginas eventos históricos, datos geológicos y contratiempos del explorador europeo.

En el siguiente video, Moreno y Anhalzer ofrecen a Revista Mundo Diners adelantos de lo que conseguirá el lector sobre Humboldt.

Una lectura a través del tiempo y descripciones de lo que muchos ecuatorianos dan por sentado: los grandes paisajes y formaciones geológicas andinas:

En el texto, que tardó en producirse un poco más de dos años, se consiguen observaciones de Humboldt sobre los volcanes Cayambe, Pichincha y Cotopaxi, así como referencias a vistas de paisajes del Chimborazo y el Cariguairazo.

“El libro no pone solamente al día los conocimientos científicos de Humboldt sino que también actualiza la estética de sus láminas con la estética de las fotografías de Anhalzer”, manifiesta Moreno.

Anhalzer aporta 18 de sus fotografías. Para él, el reconocido naturalista estaba adelantado para su época. Donde la naturaleza “la veía como un todo”.



Cuando Humboldt era joven, anhelaba participar en aventuras fuera de Europa. A los 27 años se embarcó en numerosas exploraciones por América del Sur. Sobrevivió a condiciones terribles, al calor de la selva, al frío de las montañas, al mal de altura y al acecho de los mosquitos.

En su espíritu como eterno explorador, el naturalista apoyó encarecidamente a sus colegas y a artistas a viajar por el mundo. Siempre criticó a los académicos que intentaron ejercer la ciencia desde las universidades, sin animarse a salir al mundo.

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