Sórdido, desinhibido, explosivo, descarriado, inmoral, sexópata, pornográfico y obsceno son demasiados adjetivos para asimilar de sopetón, pero al mencionar el nombre de Henry Miller se sabe que son los dardos que recibió por su controversial obra y adquieren sentido los Trópicos y Sexus que lograron quedarse entre los clásicos de mayor audacia de la literatura estadounidense y universal.
El hombre que hizo oídos sordos de sus detractores, y contra viento y marea impuso en los anaqueles de librerías su filosofía de la vida y de la sexualidad sin tapujos, murió el 7 de junio de 1980 en su casa de Pacific Palisades, California, por complicaciones circulatorias.

El escritor estadounidense nació el 26 de diciembre de 1891 en Nueva York; su familia era de origen alemán. Miseria en las calles, un empleo en una compañía de telégrafos y una pésima relación con su madre son algunos recuerdos de una juventud que también tuvo matices autodidactas a través de la lectura.
Henry Miller contrajo matrimonio en cinco oportunidades y tuvo tres hijos. Uno de los capítulos más escandalosos de su vida fue el triángulo amoroso con su segunda esposa, June Mansfield, y la famosa escritora Anaïs Nin.
En los años de la Gran Depresión decidió ir a París, donde no solo se adentró en la bohemia, sino que también fue golpeado por el frío, el hambre y las penurias debajo de los puentes. Pero reflotó con ayudas y un empleo de corrector de estilo.
En la escena parisina gestó y dio el primer puntillazo literario con Trópico de Cáncer, novela publicada en Francia (1934) y prohibida en Estados Unidos y Gran Bretaña. Se desató un tsunami en contra del sexo, la crudeza y la obscenidad de sus páginas; solo veintisiete años después pudo el público estadounidense conocerla fuera de la clandestinidad.
Henry Miller, a quien Norman Mailer elogió como “un pionero sexual”, se consagró a la literatura con más de cuarenta volúmenes entre novelas, ensayos, recopilaciones epistolares y crítica cinematográfica. También pintó acuarelas, muchas de ellas se conservan en galerías de arte, y le gustaba el grabado y la serigrafía.
Se explayó con natural franqueza anárquica, transgresora y autobiográfica en Primavera negra (1936), Trópico de Capricornio (1939) y en la trilogía La crucifixión rosada formada por Sexus (1949), Plexus (1953) y Nexus (1959).
“Trópico de Capricornio es sin duda una de las obras más originales de la literatura del siglo XX. El hecho de que Henry Miller haya sido estereotipado de manera tan despectiva es una peculiaridad de la historia literaria estadounidense”, señala Jonathan Cott en un artículo de 1975 para la revista Rolling Stone, en el que resaltó que la labor literaria de Miller evolucionó constantemente y mostró perfectamente “ideas de cambio, metamorfosis, rendición y crecimiento”.
Otros títulos que dieron fama a Henry Miller fueron Nueva York. Ida y vuelta (1935), El coloso de Marusi (1941), Una pesadilla con aire acondicionado (1945), Los libros en mi vida (1952), Big Sur y las naranjas de El Bosco (o Big Sur y las naranjas de Hieronymus Bosch, 1957) y Días tranquilos en Clichy (1956), así como las publicaciones de su correspondencia con Lawrence Durrell, Anaïs Nin y Wallace Fowlie.
"Soy insaciable. Comería pelo, cera sucia, coágulos de sangre, cualquier cosa y todo lo que sea tuyo. Preséntame a tu padre con sus trapisondas, con sus caballos de carreras, sus entradas gratis para la ópera; los comeré a todos, los tragaré vivos"
— Guillermo Roz (@GuillermoRoz1) February 3, 2022
Sexus, Henry Miller pic.twitter.com/mT6ZDi3Kdz