‘Cassandro’ viene haciendo mucho ruido desde su estreno en el festival de cine de Sundance. Cuenta la historia del primer luchador de lucha libre abiertamente gay en México. El personaje principal está interpretado Gael García Bernal. Nada podría salir mal.
Septiembre fue un mes competitivo para los estrenos latinoamericanos.
Luego de pasar por el Festival de Cine de Venecia, y llevarse de paso el premio a mejor guión, Netflix presentó en sociedad la cinta ‘El Conde’, del chileno Pablo Larraín.
La película, filmada como una sátira o como una comedia dark, convierte a Augusto Pinochet en un vampiro que lleva vivo más de doscientos años y, al parecer, está ya aburriéndose de respirar.
‘El Conde’ tiene la textura de los clásicos de horror, la formalidad y madurez necesarias para entender que el cine de género va en serio, y un final que no nos deja tan tranquilos.
Amazon Prime Video, en cambio, apostó por un cuento menos ambicioso, algo situado en El Paso, Texas, donde se habla y se vive prácticamente en mexicano.
La cinta se llama ‘Cassandro’, estuvo entre lo más comentado del festival de cine de Sundance este año, y puso al actor Gabriel García Bernal de nuevo, otra vez, en el centro de la discusión.
Como el artista consagrado que es, García Bernal eleva la categoría de cualquier proyecto en el que se involucra, de tal manera que hasta el guión más humilde queda salpicado por el brillo de su trabajo.
‘Cassandro’, masculino de una telenovela ochentera, quizás suene a nombre barato y quizás hasta lo sea, digamos que se le nota el origen popular, pero es justo el pueblo lo que este personaje vino a conquistar.
Los ídolos verdaderos rechazan el puesto al lado del rey, desprecian las joyas de la corona, y caminan tranquilamente entre nosotros.
Gael García Bernal Dentro del ring
La historia de ‘Cassandro’ está basada en un caso de la vida real.
El luchador mexicano Saúl Armendáriz (García Bernal en la película), fue el primer personaje abiertamente gay en el circuito de la lucha libre mexicana.
Ya bastantes problemas le trajo eso: no sólo confeccionar trajes apretados que le sirvieran lo mismo para el ring que para el patinaje en hielo, sino convencer a los empresarios de las arenas para que permitieran que un luchador homosexual ganara a los acostumbrados y peludos grandulones.
Lo natural habría sido ver perder al marica, pero lo natural aburre y va pasando menos y menos.
Aquí es donde ‘Cassandro’, la película, toma sus mejores decisiones.
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Pudiendo escoger el camino de la violencia física y mental, de la segregación y la homofobia, es decir, explotar a la víctima hasta reventarla, opta por mostrar de cerca cómo se desarrollan sus relaciones personales.
‘Cassandro’ es la historia de un hombre gay, pero también la de su madre, la de sus amigos, la de sus colegas, la de sus amantes, y la de un padre que tiene muy pocas líneas de diálogo, pero uno una memorable de verdad: ‘No sabría que sería de mi pequeño hijo’ A lo que Cassandro responde: yo tampoco.
Y es verdad, uno se imagina mucho más de lo que sabe.
Hay momentos, sobre todo durante la primera infancia, en los que miramos la vida proyectada y parecería que ya todo está dicho, que prendan las luces y pasen los créditos finales.
Puro invento. Trépate, agárrate, que te partan la madre. Luego hablamos.