Federico García Lorca nació el 5 de junio de 1898 en la localidad andaluza Fuente Vaqueros. En 1909 su familia se trasladó a Granada, la que recordaría como “una ciudad de ocio, una ciudad para la contemplación y la fantasía, una ciudad donde el enamorado escribe mejor que en ninguna otra parte el nombre de su amor en el suelo”.
También amaba la vega granadina y evocó los veranos en el campo como “lejanos recuerdos de niño con sabor de tierra”.
Poesía, prosa y teatro fueron los frentes de la creación lorquiana con una larga lista que incluye Romancero gitano, Poeta en Nueva York, Sonetos del amor oscuro, Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores y La casa de Bernarda Alba.
Lorca estudió piano de adolescente, pasión que cultivó toda su vida, y mantuvo una estrecha amistad con el compositor Manuel de Falla.
En un viaje universitario por varias regiones de España, brotó su instinto literario y publicó Impresiones y paisajes, en el cual volcó inquietudes sobre temas políticos y artísticos. Para entonces confesó sentirse “lleno de poesía, poesía fuerte, llana, fantástica, religiosa, mala, honda, canalla, mística”.
En la Residencia de Estudiantes de Madrid, a la que llegó en 1919, tuvo “una nueva visión de la responsabilidad del artista frente a la sociedad y reforzó su amor por la cultura, desde la clásica a la popular española”.
Lorca viajó en 1929 a Nueva York, “la ciudad más atrevida y más moderna del mundo”, y un año después a La Habana. De su primera visita a un país extranjero de habla hispana comentó en una carta a sus padres que “esta isla es un paraíso. Cuba. Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba”.
De regreso a España, fundó en 1931 el grupo teatral La Barraca, una experiencia decisiva en su carrera como dramaturgo y director de escena, y frente a un público ajeno a “la burguesía frívola y materializada” de Madrid, precisa la Fundación Lorca.
Lorca vivió en una sociedad cerrada a la homosexualidad, aunque también hubo un amor adolescente con María Luisa Natera, tal como reveló hace varios años el hispanista irlandés Ian Gibson en su libro Lorca y el mundo gay.
Gibson, uno de los biógrafos que más ha investigado sobre el poeta granadino, definió a Lorca como “un anticlerical cristiano, rebelde, pendiente de las injusticias sociales que vio de niño en Fuente Vaqueros, y homosexual. No se le puede entender sin esto” (reportaje La novia de Lorca y otros amores, de diario El País).
En los inicios de la Guerra Civil el poeta de Fuente Vaqueros fue detenido y fusilado.
“La popularidad de Lorca y sus numerosas declaraciones a la prensa sobre la injusticia social, le convirtieron en un personaje antipático e incómodo para la derecha”, señala la fundación.

No hay certeza sobre el sitio donde se encuentran sus restos, que aún no se recuperan. Se presume que fue fusilado el 18 de agosto de 1936 en la carretera entre las localidades granadinas de Víznar y Alfacar.
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