En el cuento cuyo título da origen al del libro, Eduardo Varas (Guayaquil, 1979) afirma a través de un personaje en primera persona, un escritor, que no puede permitirse error, cuando resulta cruel pensar en los árboles talados y “cuando los enemigos te van a leer con el único objetivo de aplastar tu cráneo y contar lo felices que fueron al hacerlo”.
Tras explicar su tendencia a cometer faltas ortográficas, fustiga a un autor anónimo por el uso de adjetivos: la reflexión sobre las decisiones y los métodos de escritura es una constante en los nueve cuentos y el prólogo que conforman el libro.
La violencia, también la ejercida contra las mujeres, las metamorfosis con el mundo animal, el mundo del cine y las estrellas del rock son otros núcleos alrededor de los cuales se aglutinan algunos textos escritos con un estilo que alcanza un nivel poético por la ambigüedad y la capacidad de sugerencia, como en “Perro”.

Y títulos como “Live from New York. It’s Saturday Night” y “La sociedad de las estrellas de rock muertas” dan pistas sobre los homenajes de Varas a hitos del mundo post hippy anglosajón. “Película B”, por su lado, parodia la política ecuatoriana contemporánea tras el pretexto de las películas de bajo presupuesto. Y caníbales y hombres lobos hacen de las suyas en calles y centros comerciales.
En el prólogo, se tiende una celada para que el lector se convierta en un cómplice del escritor/asesino de mujeres, y el rompecabezas termine de armarse. “Y ustedes son una pieza fundamental, sino papá nunca habría escrito estos libros”, dice el hijo.
Para eliminar la falta ortográfica, que tal vez implica también un problema de orden gramatical, pero sobre todo para aclarar el sentido, la autora de esta nota sugiere cambiar por: “Y ustedes son una pieza fundamental; si no, papá nunca habría escrito estos libros”.
Cecilia Velasco