La fachada de la Iglesia de la Compañía de Jesús en Quito tiene su propia vida. Un inmenso abreboca visual para contemplar desde adentro el templo barroco más importante de la América en tiempos coloniales.
Los comerciantes ambulantes, las palomas que vuelan aleatoriamente y los turistas que van y vienen han circulado por siglos frente a la majestuosidad de este frente monumental religioso, hecho en pura piedra volcánica.
En esta oportunidad, nos adentramos en la extensa historia que conllevó la construcción de esta inmensa iglesia por más de 160 años; específicamente en su fachada.
Más allá de los esplendores interiores que incluyen las superficies bañadas en pan de oro, las enormes ventanas superiores de la nave central de su estructura, simetrías y columnas principales, su entrada guarda de por sí una historia fascinante.
Alfonso Ortiz, historiador y catedrático, enumeró para Revista Mundo DIners una cronología de hechos que condujeron al montaje, peripecias, modificaciones, abandono y posteriores retoques que se ejecutaron sobre esta invalorable obra. Vea el siguiente vídeo:
Entre las estructuras cercanas a la Iglesia de la Compañía de Jesús se encuentran el Centro Cultural Metropolitano (antigua sede de la Universidad de Quito), el Palacio de Carondelet (sede del Ejecutivo) y la Catedral Metropolitana.
El templo religioso sigue causando la máxima envidia a sus obras vecinas por su atracción de turistas y curiosos.
Reflexión sobre una fachada
PERALTA, Evelia (2007). Guía Arquitectónica de Quito.
El templo, por haber sido construido durante 160 años y con diferentes arquitectos, maneja cuatro estilos en su arquitectura, aunque predomina el arte barroco. Este es de fácil apreciación debido a la simetría que hay al interior de la iglesia, puesto que en cada lado de ella constan la misma cantidad de elementos; otra de las particularidades de este estilo es el movimiento, producto de la forma como están diseñadas las columnas principales del templo y el retablo mayor, lo cual produce la impresión de que se mueve mientras se camina dentro de la iglesia. La luminosidad es otra de las particularidades del barroco; las ventanas superiores de la nave principal están colocadas con tal precisión que iluminan toda la iglesia con la luz del sol.
El papa Juan Pablo II presidió una misa dentro de la Iglesia de la Compañía el 30 de enero de 1985, como parte de su visita al país. Para ese entonces, el único Sumo Pontífice que pisó alguna vez territorio ecuatoriano.

Por Víctor Vergara
Un antes y después de la iglesia Santa Clara de Asís