Despertar a los 36 años de edad y enterarse de que sufre repentinamente cáncer de mama invasivo. Ana Cristina Benítez Guerra (Quito, 2 octubre 1983) recibió este terrible diagnóstico días previos a la pandemia por covid-19. Y tuvo la abrumadora valentía para documentar toda su vivencia con videocámara en mano.
El documental titulado ‘Mama’ recopila en primera persona la experiencia de Ana desde el inicio de su enfermedad, en un contexto mundial sin precedentes por el coronavirus en el mundo. Su primera quimioterapia la realizó en la primera semana de confinamiento, cuando el caos reinaba en cualquier centro de salud.
Revista Mundo Diners conversó vía telemática con Ana, directora del documental; y Gabriela Calvache, su productora.
Ana proviene del mundo de la producción publicitaria freelance y de los cortometrajes de índole social. Su motor de vida consiste en vender productos a través de la imagen o documentar a terceras personas. Esta vez, su vida dio un giro de 180 grados y decidió usar la filmadora hacia sí misma para reflejar lo que casi 8 de cada 100 mujeres en Quito sufren con el cáncer de mama cada año.
“Esto fue un detonante para filmar estos otros cuerpos frente al mundo publicitario que te vende un tipo de cuerpo y sobretodo a mi edad. Me detonó a registrar esto, todos los cambios corporales que yo iba a tener, que iba a perder el cabello y saber que lo iba a perder era tremendo, además de perder una mama”.
En la absoluta soledad, sin el apoyo de sus familiares cercanos debido al obligatorio confinamiento colectivo, el documental se arma como un autorretrato audiovisual muy ilustrativo y emocional.
Todas las sensaciones y sentimientos se registran en su hogar, en sus traslados, la casa de sus padres, la operación para extirpar su seno derecho, radioterapias y otros tratamientos médicos en hospitales.
“Decido filmar cuando se me empieza a caer el cabello. Mi cámara se convierte en mi compañera y sostén de este proceso. Hoy puedo entender la frase que dice ‘el arte sana’ porque lo he vivido, sentido y palpado. El arte para mi ha sido de sanación en este tiempo”, cuenta Ana.
Este proyecto ganó un concurso para la línea de fomento económico por parte del Instituto de Fomento a la creativaidad e Innovación.
Un equipo de siete miembros respalda la producción ejecutiva y el guión general, tras la flexibilización de las medidas de bioseguridad en 2021.

Actualmente el documental está en desarrollo, debido a los tratamientos que Ana registra en su vida cotidiana. Calvache detalla que el documental podría estar listo para el año 2024, tras culminar todas las grabaciones y la posproducción.
“Un rodaje cuando es intuitivo y que parte de lo que estás viviendo no es necesariamente una película. Una película necesita la conceptualización de un guión y ese es el trabajo que hemos hecho en el desarrollo. Anita ha vivido el cáncer mientras graba esto y para que una película madure necesita tiempo para la siguiente etapa”, añade Calvache.
Lo más importante para Ana es que este documental sirva como un insumo espiritual, sincero y real; para acompañar a todas las mujeres afectadas por el cáncer de mama y a sus familias. El objetivo a largo plazo será llevar este documental a festivales internacionales y plataformas digitales.
Por Víctor Vergara
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