¿Qué leer en el Día del Libro? Pues le presentamos una lista de obras que han pasado inadvertidas en la literatura ecuatoriana, pese a que valen mucho la pena.
Las listas abundan al celebrar el Día del Libro (23 de abril). Los más vendidos, los imprescindibles, los “mejores” del año… suelen ser parte de las recomendaciones. Esta vez, buscamos 10 libros de la literatura ecuatoriana que han pasado inadvertidos, pese a su riqueza. A continuación, una lista que comprende a las joyitas de un baúl de tesoro que vale la pena abrir y leer.
Azulinaciones, Natasha Salguero
Una obra que recién empieza a ser valorada, pese a que ganó el Aurelio Espinosa Pólit en 1989. Presentada por momentos como guion de cine, en formato de radionovela, como ensayo, así como en cuento y poesía, esta novela aborda el aborto, el machismo y el suicidio. Esto, sin olvidar su riqueza del habla coloquial.
En el cerco del sol, Yanko Molina
Un libro que brilla por el manejo del lenguaje. Una novela intensa gracias a personajes inolvidables. Un maestro punzado por la sensación de mediocridad, un estudiante con ansias de triunfo, un ruso tan peligroso como seductor y una chica carcomida por la violencia son parte de este ramillete literario.
Dar con ella, Gilda Holst
Reconocida por sus cuentos y su trabajo docente, esta autora presenta una novela corta sobre lo femenino. Con un lenguaje fluido, las historias de varias mujeres entretejen sus preocupaciones, anhelos y tópicos ignorados por una sociedad que privilegia a los hombres. La novela -un tesoro escondido- se encuentra en su Obra Completa, de Cadáver Exquisito.
En la ciudad he perdido una novela, Humberto Salvador
En 1929 se publicó esta novela experimental, que resultaría innovadora si se escribiera en la actualidad. Eclipsada por el trabajo de Pablo Palacio, esta obra ha pasado desapercibida. El personaje central, en su afán por escribir una novela, revela pautas sobre cómo crear una. Así, la literatura se transforma en el registro de una época.
Los senos maravillosos, Karina Sánchez
El cuerpo como materia prima para el arte y la literatura. Los senos para (re)pensar sobre la muerte y la enfermedad. Pero, sobre todo, una obra tan breve como la vida, por lo que los sueños y las vivencias cobran mayor sentido. Karina Sánchez nos aproxima a la belleza en un diario cargado de imágenes, símbolos, mitos y citas, que permiten una reflexión sobre la existencia.
Los revolucionarios lo intentan de nuevo, Mauro Javier Cárdenas
Antonio y Leopoldo intentan salvar al Ecuador buscando la presidencia. Rolando y Eva quieren lo mismo desde el teatro y la radio. Lo cierto es que ambos intentos hacen una radiografía histórica. ¿Qué sucede con las ideas revolucionarias de la juventud? Esa es la pregunta del escritor guayaquileño, quien con Mónica Ojeda fue parte de la lista Bogotá39, en 2017.
Peste blanca, peste negra, Lupe Rumazo.
Sus ensayos han eclipsado a su obra novelística. Su novela Carta larga sin final parecería opacar a otras propuestas. Lo cierto es que Peste blanca, peste negra, que fue finalista del Premio Rómulo Gallegos en 1989, debe ser leída. Se trata de una introspección que reflexiona sobre las identidades desde el cuerpo y las dinámicas sociales desde el territorio latinoamericano.
El pinar de Segismundo, Eliecer Cárdenas
Parecería que Polvo y Ceniza es la única novela sobresaliente de Eliécer Cárdenas, pero esta obra es un gran hallazgo. Desde el humor se desmitifica al canon literario y artístico encabezado por Jorge Icaza y Oswaldo Guayasamín. Además, hay un diálogo directo con Égloga Trágica de Gonzalo Zaldumbide, para profundizar sobre las violaciones perpetuadas hacia las mujeres indígenas en las haciendas.
Matrioskas, Marcela Ribadeneira
Con relatos cortos, otros cortísimos y hasta simplemente con dos líneas, Marcela Ribadeneira es capaz de plasmar el horror del mundo y la angustia de la humanidad. Una carga poética ronda por los objetos cotidianos y las mascotas para dar sentido a todo aquello que pasa desapercibido.
Cabeza de Avestruz, Luis Borja Corral
Pese a la profunda melancolía, los relatos de Luis Borja Corral terminan llenando el vacío del lector. Los reveses de sus historias y el contraste entre personajes cínicos y derrotados dan cuenta de un libro que parece una montaña rusa. Por momentos, uno se contagia de adrenalina, y en otros instantes el silencio marca la pauta de la reflexión.
Te podría interesar:
- “Mal de espejos” marca el debut novelístico de Edwin Alcarás
- Curiosidades sobre el Premio Alfaguara 2023, Gustavo Rodríguez
- Las “huecas” literarias de Quito
- “Cielo”, la nueva novela gráfica de Fabián Patinho
- 5 libros para recordar al Nobel japonés Kenzaburo Oé
- Las otras vidas de Julieta Venegas
- Año del Conejo, la suerte también está en la literatura