La exposición ‘Ayangue 1000 a.C.‘ muestra los resultados de investigaciones arqueológicas realizadas en la parroquia de Machalilla y en la comuna de Ayangue. Las piezas se exhiben en el Centro Cultural de la PUCE.

Las figurillas con ojos de granos de café son los objetos cerámicos más típicos de la cultura Machalilla. Una de estas piezas, con restos de pintura facial y dos agujeros en la oreja, se exhibe en la muestra ‘Ayangue 1000 a.C. Fragmentos de la Vida Machalilla‘.
Adrián Conforme encontró esta pieza el último día del trabajo de campo, en una investigación que comenzó en 2017 y que estuvo a cargo de los arqueólogos María Fernanda Ugalde, Eric Dyrdahl y Heiko Prümers.
Conforme es un albañil que nació y creció en Ayangue, una comuna de pescadores en plena Ruta del Spondylus, en la provincia de Santa Elena.
Para él, el descubrimiento de esta pieza fue algo azaroso. “La encontré -dice- fuera del mapa de excavación, mientras levantábamos las cuadrículas”.
Para ese momento, Conforme había encontrado cientos de fragmentos de piezas cerámicas y ya sabía que él provenía de una cultura milenaria de hombres y mujeres que se habían dedicado a la pesca y a la agricultura.
Trabajos de Estrada y del padre Porras
La muestra, que se exhibe en el Centro Cultural de la Universidad Católica, comienza con una línea de tiempo en la que se rescata el trabajo de Emilio Estrada y del padre Pedro Porras.
En la década de los 70, del siglo pasado, Estrada junto a investigadores del Instituto Smithsoniano de Washington dieron nombre a la cultura Machalilla y la ubicaron temporalmente entre Valdivia y Chorrera.
Asimismo, definieron una serie de objetos típicos utilizados por esta cultura. Entre ellos la botella de asa estribo, las figurillas con ojos de grano de café y una serie de herramientas hechas de concha.
Los primeros investigadores afirmaron que la cultura Machalilla había sido solo de pescadores. Sin embargo, luego se descubrió que también habían sido agricultores. Esto dio pie para pensar que vivieron en comunidad.
Primera aldea Machalilla
Para el antropólogo ecuatoriano Segundo Moreno Yánez, lo más importante de la investigación de Ugalde y Dyrdahl es el descubrimiento de la primera aldea de los habitantes de Machalilla.
Una aldea con casas pequeñas, donde la gente vivía alrededor del fogón compartiendo una vida doméstica, cocinando y fabricando sus herramientas. “Eso te permite confirmar -sostiene Ugalde- que tuvieron una vida en comunidad”.
El trabajo de estos antropólogos comenzó en 2017, siguiendo las huellas de Estrada en la parroquia de Machalilla, pero no encontraron nada. El problema fue que ahora en ese lugar está el cementerio del pueblo.
En 2020, las huellas que dejó Estrada los llevó a Ayangue. Después de días de caminar por la comuna se encontraron con Agustín Rosales, el carpintero del pueblo. Él les enseñó el lugar donde aún había fragmentos de piezas.
Jugando a ser arqueólogo
En la exposición hay una sala en la que se recrea el terreno en el que Ugalde y su equipo realizaron las excavaciones. Además de las cuadrículas colocadas en el suelo hay montículos de arena y un video en el que aparece la bahía de Ayangue.
Asimismo hay un espacio lúdico en el que los visitantes pueden jugar a ser antropólogos y excavar en medio de la tierra para encontrar réplicas de piezas originales de la cultura Machalilla.

La exhibición incluye fotografías de los actuales habitantes de Ayangue, acompañadas de frases sobre la comuna. También hay una serie de piezas con diseños de formas geométricas, donde se destacan los triángulos, las líneas y los puntos.
Romel Campos es un artesano y gestor cultural que vive en esta comuna desde hace dos décadas. En los últimos años ha tallado en mate los diseños que aparecen en las piezas que ha encontrado este equipo de antropólogos.
Asimismo, los ha exhibido en la biblioteca de la comuna para que niños y jóvenes aprendan sobre sus orígenes milenarios. Para él, estas investigaciones han ayudado a que los ayanguenses valoren más su identidad. La muestra, que fue gestionada por el Museo Weilbauer, estará abierta al público hasta finales de marzo.
Los recorridos para instituciones educativas son los martes, miércoles y jueves, de 10:00 a 15:00, y para grupos de familia y amigos de lunes a viernes, de 09:00 a 18:30. Los sábados hay la opción de una experiencia gastronómica.