El 3 de enero de 2015 se convirtió en un día clave y emotivo para el cineasta ecuatoriano Galo Semblantes (Quito, 8 septiembre 1983). La Cueva de los Tayos (Morona Santiago) abrió su penumbra para dejarse vislumbrar por las cámaras y las huellas del productor audiovisual.
La emoción de Galo en su búsqueda de palpar y respirar dentro de la mística formación rocosa sobre la que leyó en libros le tapó los nervios. Sin dudar, bajó los oscuros 69 metros en rapel. Una nueva acrobacia física en su vida. Todo intento de heroísmo selvático para completar su documental ‘La Leyenda de Tayos’.

Desde el año 2013, la idea de Galo consistió en producir por etapas su documental. Hacer cine en Ecuador o en casi cualquier parte de Latinoamérica es un reto colosal. Un factor complejo involucra la obtención de fondos. De este modo, pudo detener las grabaciones en el momento económicamente flácido.
“Eso fue profético”, comentó el cineasta a Revista Mundo Diners. Con un fondo inicial ganado con el Consejo Nacional de Cine, comenzó el rodaje, principalmente de entrevistas a todos los involucrados en la exploración de la famosa cueva: aventureros, investigadores y expertos.
Meses después, iniciaron las etapas de avanzada e investigación en la cueva. En 2014, Galo consiguió otros recursos económicos para otras entrevistas en Argentina y Estados Unidos, relacionadas al investigador argentino-húngaro Juan Moricz (1923-1991) y al suizo Erich von Däniken.
Una expedición realizada en 1976 entre el gobierno de Ecuador y Reino Unido impulsada por Moricz llamó la atención mundial. Supuestas hojas metálicas y restos de civilizaciones perdidas encontradas por el explorador dentro de la cueva marcaron un hito a escala científica. Sin embargo, nunca se encontraron las evidencias certeras.
La cinta recoge varios sucesos registrados en la expedición conjunta, que involucraba también al famoso astronauta Neil Armstrong, quien era el presidente honorario de la investigación. No se centra en los temas de conspiración relacionados a presuntos robos de tesosros.
Galo destaca su tarea como investigador y darles voces a todas las partes involucradas sobre la cueva. “No creo que necesariamente hubo un robo”.
En total, se realizaron cuatro expediciones entre 2014 y 2016, tres a la Cueva de los Tayos y una a zonas en Pastaza, donde se exploró el área de otra cueva. Más de 100 horas de grabación se acumularon en la investigación.
“Creo que nos queda todavía la gran interrogante sobre quién fue Juan Moricz. Sin embargo, hay montón de elementos nuevos que soreprenderán al espectador”, destaca Galo sobre su documental.
Las comunidades shuar Kuakaash y San Pedro, localizadas entre el este de Morona Santiago y sur de Pastaza, son las encargadas de otorgar el permiso e incluso ayuda logística a cualquiera dispuesto a entrar a la misteriosa cueva.
Los mitos de los shuar sobre la Cueva de los Tayos se basan en su descubrimiento, el uso de aceite de los tayos (pájaros) y leyendas, aunque nada relacionado a una biblioteca metálica.
En total, toma unos tres días desde Quito y más de siete horas de caminata y recorridos en lancha para llegar a la cueva. El equipo logístico del documental llevó diversos tipos de cámaras de video, luces led, decenas de baterías, carpas y provisiones básicas. Un total de 18 personas integraron el equipo de producción en campo.
Gran parte de documental incluye material de archivo de diversas fuentes, basadas en forma animada, cartas, mapas e informes.
‘La Leyenda de Tayos’ ganó en julio de 2021 las categoría de ‘Mejor Largometraje’ y ‘Voto del Público’ en el Festival Ecuatoriano Turicine. La película será presentada desde el próximo 10 de septiembre en salas de cine ecuatorianas. Posteriormente, en plataformas digitales y en formato DVD.
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