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Chopin, el romántico de la melodía

El 17 de octubre de 2021 se cumplieron 172 años de la muerte de Frédéric Chopin, uno de los grandes pianistas y compositores de todos los tiempos, que se destacó por una compleja, refinada y exquisita técnica de ejecución. 

Chopin compuso 55 mazurcas, 27 estudios de piano, 24 preludios, 21 nocturnos y diecinueve polonesas, además de baladas, variaciones, sonatas, valses, rondós, scherzos, conciertos para piano e impromptus que mostraron la inusual versatilidad de quien llegó a ser uno de los ídolos de la era romántica musical. Sus obras maestras forman parte del Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco.

“Chopin se inscribe en la historia de la música y, particularmente, en la destinada al teclado como uno de los paradigmas estéticos y técnicos que influyó en generaciones subsiguientes de compositores, haciendo posible junto a Franz Liszt el surgimiento de la moderna escuela pianística”, señala el sitio web www.paginasdigital.es.

Chopin, de padre francés y madre polaca, nació en Zelozowa Wola, en el centro de Polonia, a 58 km de Varsovia. No hay certeza sobre la fecha exacta de su nacimiento: 22 de febrero de 1810, 1 de marzo de 1810 y 2 de marzo de 1809. La más aceptada es la segunda. 

En 1818 la prensa polaca se hizo eco de un niño “genio musical” que ejecutaba piezas difíciles al piano “con soltura y gracia” y además componía danzas y variaciones.

Viena fue el trampolín del ascenso artístico que prosiguió en la capital francesa, donde su primer concierto, en febrero de 1832, hizo delirar a la élite del mundo musical y “todo París se volvió loco”.

En Europa encontró el éxito, pero tras la fallida revolución de 1830 nunca regresó a Polonia y la añoranza por su tierra le acompañó toda la vida. El hijo predilecto de Varsovia se codeó con Berlioz, Meyerbeer, Delacroix, Musset y Heine, y entabló amistad con Liszt. Mantuvo una relación sentimental por una década con la escritora George Sand, pero se separaron dos años antes de la muerte de este. 

Con ella encontró cierta paz, un refugio “cerca de lo que es más hermoso”, donde “explosionó el genio creativo y escribió sus composiciones más destacadas, pese al tormento de una enfermedad” (mostraba síntomas de tuberculosis), señala el Instituto Fryderyk Chopin de Varsovia.

De gira por Gran Bretaña, su salud se debilitó en 1848, “lejos de sus seres queridos, cansado de numerosas visitas a residencias aristocráticas, perdió gradualmente su fuerza vital y carecía de las condiciones para componer”. A pesar de su terrible estado, el 16 de noviembre de ese año ofreció su último concierto, en Londres. 

De regreso en París, se acentuó el deterioro físico y el compositor polaco falleció el 17 de octubre de 1849. Chopin temía ser enterrado vivo y pidió a su hermana Ludwika que al morir le extrajeran el corazón. El órgano fue preservado en un frasco y se venera en la iglesia de la Santa Cruz, en Varsovia. Los restos reposan en el cementerio parisino de Père Lachaise.

Un estudio publicado en la revista American Journal of Medicine, en 2017, despejó las dudas que existían sobre la causa de muerte. Se determinó que fue una pericarditis (inflamación e irritación del pericardio) debido a una tuberculosis crónica.

El pianista (2002, de Roman Polanski)

Piezas del repertorio chopiniano conforman el grueso de la banda sonora de la película que narra la sobrevivencia del pianista Wladislaw Szpilman (encarnado por Adrien Brody) en el gueto de Varsovia. 

El Museo ‘Fryderyk Chopin

Está ubicado en el palacio Ostrogski en Varsovia. Posee más de 7.500 artículos entre manuscritos, composiciones musicales, correspondencia, iconografía y objetos personales. Además, se exhiben el molde de su mano izquierda y su máscara de muerte. 

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