En cada metro de su casa se respira un género de arte distito. Las figuras de cerámica por doquier, óleos coloridos y otros en penumbra, objetos de paper maché y una tenue iluminación acogen la principal sala de estar del hogar de la artista plástica María Elena Machuca (Riobamba – 6 de marzo de 1956).
Si das un paso a cualquier dirección, te encuentras sin querer con su creación más reciente en cerámica o una pieza colgada en la pared de pintores de la talla de Luigi Stornaiolo, Ramiro Jácome o Marcelo Aguirre.
Todos la conocemos como la Ministra de Cultura y Patrimonio del Gobierno del Presidente Guillermo Lasso. Pero en esta entrevista concedida a Mundo Diners desde Quito evitamos conversar sobre su actual gestión política. En cambio, charlamos sobre sus pasiones artísticas.

Su perfil como creativa en las artes abarca más de 50 años de trayectoria, desde que retrataba a sus compañeras de clase en la escuela ‘María Auxiliadora’ de Riobamba, sus exposiciones artísticas y su experiencia como directora de diversas entidades culturales.
– ¿Cómo le afectó el confinamiento por la pandemia desde el punto de vista de un artista plástico?
Los artistas plásticos siempre hemos trabajado desde nuestros talleres, desde nuestra intimidad. Yo he seguido trabajando, produciendo muchas piezas de cerámica, pero claro; no se ha podido exhibir al público y tengo cualquier cantidad de piezas en bodegas. Para mi, el proceso creativo es lo más importante, no la finalidad.
Por mi edad, he podido disfrutar del encierro con dos personas con las que tengo el taller (de cerámica) y no he parado.
– ¿En qué obras trabajó durante el confinamiento?
Hice una serie de esculturas sobre la mascarilla. Hice un santo. La gente tenía esta cuestión de decir: “Dios mío, sálvanos, Dios nos va a salvar”, pero no es así; uno tiene que cuidarse también. Por eso, hice una serie de santos con mascarillas.

– Tenía todo el tiempo del mundo para trabajar. La paciencia, muchas (piezas) se rompen en el camino y hasta aprender a dominar la tierra, el fuego y también los colores, porque los esmaltes los prepara una misma.
– ¿Tiene su taller en casa?
Sí, en mi domicilio, y también trabajo junto a Patricia León, una ceramista espectacular, es mi vecina, a una cuadra de aquí. Hemos hecho un desarrollo en la cerámica muy chévere.

Una temprana carrera en las artes plásticas
– ¿Dónde cursó sus estudios iniciales?
Mis primeros estudios (escolares) los realicé en Riobamba hasta los 14 años, luego vine acá (Quito) al colegio San Francisco de Sales y luego me gradué en el colegio Schurtz High School (Chicago, EE.UU.) y ahí tomé como material principal Historia del Arte, pintura, escultura, joyería y gané un concurso de arte a nivel colegial.
Luego me matriculé en la Universidad de Chicago para estudiar arte. Pero vine al Ecuador y al ver el escenario político entré a la Universidad Central del Ecuador para estudiar sociología y Ciencias Políticas, la cual no terminé porque me casé y tuve dos niños; aunque, siempre el arte estuvo presente.
– ¿Cómo se involucró en la escena de arte local?
Siempre asistía a talleres privados, con el artista cubano Jorge Simó, Nicolás Svistoonoff, Carmen Silva, Marcelo Aguirre y Jaime Zapata.

– ¿Qué recuerda de ellos como maestros?
Carmen nos enseñó dibujo y, sobretodo, a vivir con el arte. Ella era una maestra de vida. Nicolás un profesor sensacional y nos guiaba muchísimo y nos hacía vivir del arte. De Marcelo como profesor era muy inquieto, nos hacía dibujar con modelos en movimiento, era muy interesante.
– Sabemos que usted es muy amiga de Luigi Stornaiolo también…
A mi me encanta la obra de Luigi. Estoy presente en dos de sus obras, como en esos personajes que pinta él.

– ¿A cuál técnica se apegó más desde su juventud? ¿A la pintura, dibujo, relieve, esculturas…?
El dibujo es la base para mi. Luego con Nicolás aprendimos a pintar en óleo y en estos últimos años me he dedicado a la cerámica y he dejado aparte un poco a la pintura.
– Cerca de 1995, usted formó parte de una exposición de temáticas eróticas en el espacio cultural La Galería (Juan Rodríguez y Diego de Almagro) de Quito. – ¿De qué trataba?
Era una exposición colectiva, la primera exposición erótica que se hacía en Ecuador. Participamos unos 30 artistas, yo participé con un dibujo y habían objetos. Fue muy visitada.

– ¿Qué significó para usted este sitio emblemático de las artes y la cultura en Ecuador durante los 90’?
– ¿Cuáles son sus artistas plásticos ecuatorianos que más admira?
Camilo Egas, Tábara (Enrique) y de mis contemporáneos a todos, como Araceli Gilbert, Pilar Bustos, ellas como mujeres.
– ¿Alguna pieza literaria que haya disfrutado recientemente?
– En Mundo Diners, publicamos ‘Carta a Benjamín Carrión, de su hija’. – ¿Qué opinión ofrece sobre las palabras de María Rosa y su reproche sobre un presunto Ministerio de Cultura y Patrimonio burocrática, sin planes y alejado de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE)?
La Casa de la Cultura es independiente. El Ministro de Cultura es el Presidente del Directorio de la CCE pero es un ente totalmente autónomo. El Ministerio de Cultura está para facilitar procesos para los gestores culturales. Con este Gobierno del Encuentro de Guillermo Lasso queremos hacer eso, facilitadores de procesos y tratar de desburocratizar la cultura.
Para eso, tenemos cuatro ejes bien marcados: reactivar la cultura del país en todos los rincones, porque se ha visto muy centralizado en Quito, Guayaquil, Cuenca y no ha llegado a todo el país.
Estamos ya tomando acciones como la gratuidad en los museos y seguimos con las líneas de fomento, con bases más ágiles y artistas puedan acceder a fondos del Ministerio.