Cuando ya se han disputado 52 de los 64 partidos del Mundial de Qatar, los futboleros ya lucen nostálgicos porque el final , de un certamen inimaginable y posiblemente, irrepetible, está por llegar.
Mucho se habló de la lejanía de Qatar y de sus costos. En realidad, en el país más rico del mundo se puede hacer turismo.
Lo que los futboleros no se imaginaron fue la cantidad de partidos a los que pudieron asistir en estas dos primeras semanas de Mundial: hasta dos partidos cada día y hasta 10 en 15 días.

Los ocho estadios que acogen los partidos del Mundial se levantan en un perímetro de 60 kilómetros. La organización otorga transporte gratuito a cada estadio y hasta brinda transporte exclusivo de un estadio al otro para su llegada a tiempo.
Otro servicio que prestan los organizadores es el traslado de los hinchas desde el Fan Fest, el lugar donde se concentran los hinchas, a los estadios, también en un bus exclusivo.
Los hinchas ecuatorianos que compraron sus boletos con anticipación, pudieron ingresar a los partidos de la Tricolor y a otros juegos, que no estaban en sus planes porque encontraron las facilidades para ir a los partidos y hasta mirar la magia de Messi o de Neymar, una posibilidad que la barajaron sin esperar resultados positivos.
Otros encontraron boletos, a cómodos precios, para ver a Cristiano Ronaldo y la selección de Portugal, o de la nueva ‘Furia Española’.
Los futboleros no dejan de ir a los estadios a tomarse gráficas a vivir el color del fútbol afuera y encontrar boletos que algunos hinchas regalan porque les sobró, o venden en USD 60 u USD 80. Siempre pasa algo.
En otros mundiales, este lujo no existió. En Brasil 2014, por ejemplo, los altos costos impidieron a muchos hinchas asistir a más partidos, además de los tres de Ecuador.
Los pasajes aéreos internos oscilaban entre USD 400 y USD 800 a los que debían sumarse otros gastos como hoteles y las entradas a los partidos. Los costos a ciudades como Manaos, Natal o Recife superaban los USD 1.000.
Foto: cortesía Danilo Carrión
En Rusia 2018, las distancias demandaron extensos desplazamientos. Los viajes de Kazán a Moscú implicaron 12 horas en autobús o tren para cubrir los 800 kilómetros de distancia, y otras 12 horas de regreso. El traslado más lejano fue el de Moscú a Socchi: 1.300 kilómetros. Tres días de viaje para mirar un partido.
El Mundial del 2026 se realizará en tres países: Estados Unidos, México y Canadá. Los partidos se disputarán en las dos costas de la unión americana, que implicarán viajes en avión, de tres a cuatro horas.
Por todo esto, el Mundial de Qatar fue inimaginable y seguro que será irrepetible para los futboleros de cepa.
Msc. Martha Córdova Avilés
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