
Aunque en el mundo del deporte no lo reconozcan, la realidad es que el ciclo menstrual ha sido una gran desventaja para conseguir mejores marcas o resultados deportivos. Pero años de trabajo le han dado la vuelta a la moneda.
Competir en las Olimpiadas es estresante y agotador de por sí. ¿Pero se imaginan hacerlo con la menstruación? Fu Yuanhui, una de las nadadoras chinas más destacadas del mundo, llamó la atención al romper un tabú deportivo al hablar sobre su período.
En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, China se perdió de una medalla en la competencia de relevos de 4 x 100 metros al llegar en cuarto lugar. Al finalizar la carrera, la deportista estaba en cuclillas y doblada del dolor. Un reportero le preguntó a Fu si se encontraba bien, a lo que ella le respondió: “Es porque me llegó el período ayer, así que me sentí particularmente cansada. No nadé lo suficientemente bien”.
Este fue un momento revelador para todos, pues a partir de allí surgieron varias investigaciones y estudios sobre la influencia del ciclo menstrual en el rendimiento deportivo de la mujer. Durante mucho tiempo, en los entrenamientos deportivos no se ha tomado en cuenta la fisiología femenina, aunque ha sido evidente que las deportistas no rinden igual que sus homólogos masculinos, así practiquen la misma disciplina.
El período de cada mujer es un mundo, existen ciclos más largos, más irregulares o más dolorosos que otros. Además, la glándula pineal de la mujer está conectada a su útero, por ende, los factores emocionales también se van a ver reflejados en la menarquia.
Así lo explica a Mundo Diners Andrés León, doctor en Medicina Deportiva del Centro de Alto rendimiento de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y del centro médico especializado QRA. Para este especialista lo primero que hay que entender es que el ciclo menstrual de la mujer se divide en cuatro partes: la fase menstrual, la fase folicular, la fase de ovulación y la fase lútea.
Las mujeres que compiten en el día de la ovulación casi siempre ganan”.
Camila Baquero, entrenadora y acróbata aérea.
¿Pero cómo influyen las fases de la menstruación en el rendimiento de la mujer? En términos generales, en la fase folicular —es decir, después de la menstruación—, los niveles de estrógeno comienzan a aumentar para alcanzar su nivel más alto. Dentro de este período, según León, “las condiciones físicas y los estados de ánimo son más favorables para entrenar”.
No obstante, el pico de rendimiento más alto para la mujer es el día de la ovulación, que puede durar de tres a cuatro días, aunque depende de cada organismo. En este período, la mujer tiene mucha energía, se siente con más ganas de entrenar y es ideal para probar cosas nuevas, pero con mucha prudencia para evitar lesiones.
“Las mujeres que compiten en el día de la ovulación casi siempre ganan”, comenta Camila Baquero, entrenadora, acróbata aérea y estudiante en Ginecología y Herbolaria. Ella empezó a entrenar según su ciclo menstrual hace dos años. “Ha sido un proceso largo, de mucha observación, de sentir y escuchar mi cuerpo, pero ahora siento que puedo identificar las fases de mi ciclo y planificar mejor mi entrenamiento”. Actualmente, la entrenadora también implementa este trabajo con sus estudiantes y ha obtenido buenos resultados.
Luego de la fase de ovulación, viene una fase lútea donde, generalmente, el rendimiento deportivo cae. La mujer no se siente tan cómoda pues se aproximan los días de sangrado. Y finalmente llega la menstruación, que puede durar de tres a seis días. En este período, la sensación de hinchazón genera incomodidad. Además, es probable que las pérdidas de hierro que ocurren durante el sangrado influyan negativamente en el entrenamiento.
En los días de su menarquia, Baquero, por ejemplo, no puede sostenerse en la tela con tanta facilidad y no es tan sencillo hacer las acrobacias que regularmente hace. “En este período tengo menos fuerza, menos energía y mi recuperación es mucho más lenta”, comenta.
Pero Baquero no es un caso aislado. La científica deportiva Georgie Bruinvels encuestó a más de 1800 deportistas como parte de su trabajo de investigación colaborativa de las universidades de St. Mary y College London en Inglaterra. Los resultados revelaron que “más de la mitad sentía que su ciclo menstrual afectaba su desempeño deportivo”, pues está comprobado que las fluctuaciones hormonales del período sí influyen en una gran cantidad de funciones fisiológicas y psicológicas, desde cómo una mujer se mueve y adapta al entrenamiento hasta cómo piensa y siente.
El shark peak: ciclo menstrual y entrenamiento
Ellas son capaces de identificar con claridad el shark peak a través del método sintotérmico de justisse college”.
Andrea Castillo, escaladora y entrenadora.
Andrea Castillo, escaladora, entrenadora y estudiante de la salud productiva holística, habló con Mundo Diners para explicar su investigación “The Shark Peak: Menstrual Cycle & Climbing Training” (“El pico del tiburón: ciclo menstrual y entrenamiento de escalada”), en la cual descubrió que las escaladoras que no usaban anticonceptivos y que tenían períodos menstruales naturales podían mejorar más rápido su desempeño que las que no.
Castillo explica que hay evidencia de que el cerebro cambia su sistema neuromotor previa la menstruación: “Cuando estás escalando, ocupas mucho este sistema, en estos días algunas mujeres pierden coordinación o su piel está más sensible. Lo ideal es tener una buena planificación para que no crean que ellas son el problema”, dice.
La teoría del shark peak describe la correlación entre el miedo y la fluctuación hormonal en el ciclo menstrual de las escaladoras. Los resultados identificaron que el 80 % de las mujeres en la última semana de su período tienen una caída de estrógeno y progesterona que dibuja la forma de una aleta de tiburón.
Las mujeres que escalan durante esta fase del ciclo notan varios efectos mentales y físicos. Estos resultados pueden variar dependiendo de la nutrición, los niveles de estrés y la edad de cada persona. “Para las mujeres de entre 20 y 30 años, el shark peak puede ser su mejor día para entrenar, mientras que para las mujeres entre 35 a 40 años puede resultar un día muy cansado”, explica la investigadora.
Actualmente, Castillo utiliza el ciclo menstrual para entrenar con sus estudiantes, pues “ellas son capaces de identificar con claridad el shark peak a través del método sintotérmico de justisse college”, que consiste en el registro de su período con la observación del cuello del útero, el moco cervical, la temperatura basal corporal y otros patrones. “Gracias a esto pueden mejorar su entrenamiento, prevenir lesiones y regular sus niveles de carga”.
A través de sus clases, la escaladora intenta expandir su conocimiento para romper este tabú deportivo que ha permanecido invisibilizado. “Son años de transformación, seguimos entrenando a los cuerpos menstruantes como si no tuvieran un ciclo menstrual”.
Un caso excepcional
El ciclo de menstruación de cada mujer es diferente y, si bien la ovulación puede generar un pico de rendimiento, nada está escrito en piedra. Tal es el caso de la montañista ecuatoriana Carla Pérez. Ella cuenta que cuando era pequeña la menstruación la avergonzaba. Mancharse era lo peor y ser mujer era algo “horrible”, pues muchas veces menstruar se convertía en un impedimento para ir a la montaña.
Sin embargo, su pasión por el deporte siempre fue mayor. En 2013 se preparó para su primer intento de subir al Everest, pero se quedó a trescientos metros de la cima. “Fue un proceso muy duro de asimilar, me decía a misma: odio ser mujer, soy la única mujer, la única que no avanza a escalar más y renegaba de eso”.
Por primera vez, en lugar de tener una reacción de ira y de frustración, de negar mi naturaleza, sentí un empoderamiento”.
Carla Pérez, montañista.
Sin mucha conciencia de los efectos que causaba la menstruación, siguió preparándose para su revancha contra el Everest, pero ahora sintiendo más su cuerpo. Carla notó que —al contrario de otras deportistas— los días de sangrado se sentía más fuerte, con más energía y con más garra, mientras que durante su ovulación se sentía más débil y triste. Desde entonces, empezó a implementar un plan de entrenamiento acorde a su ciclo.
En 2019 llegó el momento de la verdad, un segundo intento de subir a la montaña más alta del mundo. Pero en el recorrido a la cumbre, en el campo tres, comenzó a menstruar. “Por primera vez, en lugar de tener una reacción de ira y de frustración, de negar mi naturaleza, sentí un empoderamiento”, señala Pérez. Sus mejores días de entrenamiento, fuerza, voluntad, estado de ánimo y buenos resultados fueron durante el sangrado. De hecho, muchas veces en el pegue (momento clave de la expedición) es cuando más fortaleza necesita y su menstruación se la da. Así fue como la ecuatoriana logró conquistar el Everest y el K2, la segunda montaña más alta del mundo, en el mismo año.
Lo cierto es que todavía el tabú de la menstruación en el deporte se mantiene. Incluso las mismas deportistas muchas veces no se sienten cómodas o no tienen la confianza de hablar sobre estos temas que influyen en su rendimiento. En Latinoamérica y en el Ecuador todavía hay mucho por investigar, pero a su vez eso representa una oportunidad para que médicos, entrenadores, deportistas y la sociedad en general empiecen a hablar y a trabajar en correspondencia con el ciclo menstrual.
Las aplicaciones ayudan
En julio de 2019 la selección femenina estadounidense ganó el Mundial de Fútbol. Una de las claves de su éxito fue monitorear el período menstrual de cada una de las jugadoras y adaptar los entrenamientos y dietas en función a eso.
Existen varias aplicaciones de salud femenina como Clue, para que las usuarias controlen los niveles de ejercicio y energía a través de su ciclo. Otra app llamada FitrWoman monitorea los períodos de las deportistas, reporta síntomas, registra entrenamientos y brinda apoyo sobre nutrición y fisiología en cada fase del período.
¿Cómo entrenar según el ciclo menstrual?
• Día 5 a 14 (fase folicular)
Ejercicios de alta intensidad combinados con cardio, fuerza y agilidad.
• Día 14 a 17 (ovulación)
Los mejores días para competir, entrenamiento con cargas moderadas. Mayor riesgo de lesionarse.
• Día 17 a 28 (fase lútea)
Disminuir las cargas de fuerza y hacer ejercicios de recuperación y relajación.
• Días 1 a 5 (menstruación)
Sesiones cortas de entrenamiento, cardio o simplemente descansar.