
El centenario de su nacimiento es una excusa para rescatar del recuerdo a un cantante lírico que dejó impronta en el cine musical de los años cincuenta.
Alfred Arnold Cocozza era el nombre real del tenor estadounidense de origen italiano que nació el 31 de enero de 1921 en Filadelfia. La coincidencia de que fuera el mismo año en que murió Enrico Caruso, el tenor por antonomasia, creó el mito de que su calidad y rango vocal “no estaban a la par con ningún otro cantante excepto Caruso”.
De adolescente recibió clases de violín, pero fue la ópera la que lo apasionó y con el apoyo de su mamá, María Lanza Cocozza, comenzó su formación como cantante. Más tarde, en 1942, llamó la atención del gran director de orquesta Serguéi Kusevitski, quien lo eligió para interpretar el personaje de Fenton en Las alegres comadres de Windsor. En ese momento surgió el nombre artístico de Mario Lanza, basado en el de su madre.
Tras servir en la Segunda Guerra Mundial retomó su carrera y recibió ofertas que le abrieron las puertas en el cine, con los estudios MGM, y en contratos discográficos, con RCA Victor.
En 1949 debutó en la gran pantalla con That Midnight Kiss (El beso de medianoche) y un año después filmó Toast of New Orleans (En las redes del amor). Pero fue en 1951 que brilló su poderosa y cálida voz al personificar a su ídolo de la infancia en The Great Caruso (El gran Caruso), un récord de taquilla en esa época.
No todo fue color de rosa en Hollywood. En 1954 rompió con los estudios MGM al ser reemplazado como protagonista en The Student Prince (El príncipe estudiante). Unas versiones adjudican el origen de las desavenencias al estado físico de Lanza, afectado por el sobrepeso, y otras a que el cantante se negó a repetir la grabación de las canciones del filme que se consideraron demasiado “emocionales”.
La ironía fue que el actor Edmund Purdom dobló para la película la voz del entonces popular tenor y RCA Victor lanzó un LP con la banda sonora que tuvo un sonado éxito, señala el Instituto-Museo Mario Lanza de Filadelfia.
Otros musicales filmados por Lanza fueron Serenade (Dos pasiones y un amor, 1956) junto a Joan Fontaine, Vincent Price y Sara Montiel, Arrivederci Roma (Las siete colinas de Roma, 1957) y For the First Time (Por primera vez, 1959).
“Canto desde el corazón… como si mi vida dependiera de ello”, decía Lanza, quien se casó en 1945 con Betty Hicks y tuvieron cuatro hijos. En 1957 se trasladó con su familia a Italia y alternó entre recitales, galas benéficas y eventos televisivos.
Su prematura muerte a los 38 años, el 7 de octubre de 1959 en Roma, dejó un hondo vacío en el mundo del espectáculo y tuvo un mortal impacto familiar, ya que su esposa falleció tan solo cinco meses después, el 11 de marzo de 1960.
De acuerdo al Instituto-Museo Mario Lanza, a finales de 1959, el cantante “experimentó un dolor insoportable en la pierna izquierda y pruebas clínicas determinaron una flebitis avanzada. El 7 de octubre de ese año sufrió un infarto fatal”.
Por su parte, el portal www.biografiasyvidas.com señala que “Lanza soportó mal las presiones de la fama y pronto se aficionó al consumo compulsivo de alcohol y barbitúricos. A estos excesos y a su neurótica lucha contra la obesidad se achacó su muerte por fallo cardiaco en Roma”.
Lanza, reconocido en la portada de la revista Time en 1951, vivió la época glamorosa de las grabaciones, la radio y el cine, y estuvo entre los primeros cantantes en vender millones de discos de música clásica y popular. “Fue una verdadera ‘superestrella’ antes de que se inventara ese término”, señala la plataforma online IMDb.
Aunque solo interpretó dos papeles operísticos en el escenario (Las alegres comadres de Windsor y Madama Butterfly), fue una figura de inspiración para célebres voces como Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras. El famoso director de orquesta Arturo Toscanini lo llamó la “voz del siglo”.
El legado del gran tenor estadounidense, con más de doscientas grabaciones y 150 conciertos, se mantiene vivo no solo en películas, sino también con becas para jóvenes talentos que patrocina el instituto que lleva su nombre y en clubes de fans alrededor del mundo.
Edición 464-Enero 2021