
Edwin Alcarás
Seix Barral, Colombia, 2022
Con cordura Edwin Alcarás aborda la locura y construye una novela corta de tono filosófico para afrontar a la memoria, que no sería otra cosa que la invención de un pasado. Desde un trabajo ficticio de archivo, da cuenta de los secretos de una familia, del olvido de pasajes de nuestra literatura y recrea una posible historia, de esas que son el lado B de los hechos oficiales.
Marcelo Trinidad Alcasser es el protagonista de un relato gracias a sus propios relatos, a sus escritos en su estadía por el hospicio San Lázaro entre 1964 y 1967. Testimonios alucinantes que se entrelazan con la vida del escritor Pablo Palacio que, al igual que él, son una especie de Zaratustra sin fe.
El nieto de Marcelo es quien arma este rompecabezas empolvado para reflexionar sobre la delgada línea que existe entre el brillo de la lucidez y la sombra de la demencia. Pero, posiblemente, la mayor de las sombras radica en aquello que esconden todas las familias. Si algo acertadamente trabaja Alcarás es el que todos terminamos siendo el secreto para alguien.
En cuanto al formato, un lenguaje preciso pero punzante atrapa al lector, que no se cansa ni cuando repasa los pies de página que, a manera de ensayo, robustecen el tinte filosófico que redondea una historia donde la orfandad, más allá que la locura, es la cómplice ideal para la invención de Alcasser.
Y, a la final, una serie de personajes también demuestra que todos poseemos un grado de locura, debido al poder de la imaginación: que lance la primera piedra quien no haya imaginado: estaría loco si lo niega.
Otro acierto es jugar con la figura de Pablo Palacio, canon de nuestra literatura, como si fuera un fantasma. Este planteamiento va en doble sentido: Palacio, efectivamente, ronda en el imaginario literario, pero no deja de ser un espectro que muchos pronuncian sin haberlo visto, es decir, leído.